Un robot tipo oruga y otro teledirigido y con forma de auto son algunos de los prototipos que desarrollan alumnos de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), quienes buscan crear equipos con autonomía que puedan acceder a ambientes hostiles, como cañerías, minas o lugares de deshielo, para colaborar en actividades riesgosas o de imposible acceso para los seres humanos.

Estos prototipos “están pensados para lugares donde no es propicio que vayan las personas”, afirmó en declaraciones a Télam uno de los investigadores del proyecto, Martín Pi Puig, y detalló que los robots “tienen sensores de temperatura, gas, humedad, luminosidad y movimiento”, que generan datos para su posterior procesamiento.

Uno de estos prototipos -que se comandan mediante cámaras- es un robot de exploración, tipo oruga, diseñado para ser utilizado en actividades productivas de explotación minera. Es capaz de recolectar datos e imágenes de su entorno y brindar información en tiempo real.

“El robot podría acceder a lugares inhóspitos para monitorear variables básicas, como humedad del suelo, temperatura, presencia de gas metano y radioactividad, y evadir así los obstáculos que se presenten en el camino”, dijo Pi Puig.

La producción, realizada en su totalidad desde la Facultad, combina un chasis convencional con orugas y ruedas, construidas con una impresora 3D.

El docente explicó que “el robot explorador es adaptable a diferentes terrenos, y puede ser manejado por un usuario con un control remoto que deberá encargarse de dirigirlo hacia un lugar específico en función de las necesidades requeridas”.

Además de se aplicable en excavaciones mineras, el aparato podría adaptarse también para examinar zonas de deshielo, donde un auto convencional no puede llegar -por no poseer el agarre necesario-, y censar temperatura bajo cero y densidad de la capa de nieve.

Otro equipo de estudiantes, señaló el investigador, trabaja en el desarrollo de un robot teledirigido que también podría acceder a zonas de alto riesgo para monitorear, por ejemplo, un sistema de cañerías y censar el gas o la luminosidad y, a través de una cámara, detectar posibles obstrucciones y hasta eliminarlas.

Se trata de una modificación de un auto a radiocontrol que no funcionada, denominado Monster Pi, al que se le incorporó una placa computadora con la que se puede centralizar el control en tiempo real de múltiples funcionalidades, que van desde la detección de objetos para el frenado automático hasta el control de un sistema de luces.

El desarrollo también permite el manejo del auto a la distancia mediante un control especialmente diseñado para tal fin, desde el que se establece comunicación vía Wifi.

Además del control de diseño propio, se adaptó un volante genérico -de los que se utilizan en plataformas de videojuegos- para conectarlo con la placa que monitorea al auto a la distancia, lo que permite obtener una manipulación suave de la dirección del prototipo.

Monster Pi cuenta además con una cámara de tipo webcam que, controlada desde la placa de desarrollo, permite monitorear el rumbo del vehículo a través de un streaming de video en tiempo real.

Ese prototipo puede tomar fotos de forma automática al momento de detectar anomalías que sean importantes de informar; usar sus sensores para monitorer variables como temperatura, humedad, luminosidad, proximidad o gas, y generar diferentes respuestas a través de motores continuos, motores paso a paso, relé, leds y buzzers.

La interconexión entre los diferentes subsistemas se realiza mediante Wifi, Bluetooth o radio frecuencia.

Todos los proyectos de innovación, llevados a cabo por alumnos, surgen del área de Sistemas de Tiempo Real del Instituto de Investigación en Informática LIDI de la Facultad de Informática, donde los docentes brindan a los estudiantes el material necesario y los asesoran sobre los procedimientos matemáticos.

«La idea es que ellos aprendan qué pueden poner en práctica cuando se reciban. Se hacen los trabajos durante cuatro meses con alumnos de segundo y cuarto año de la Facultad y en octubre se hará una muestra abierta al público”, informó el investigador, y añadió que «ellos hacen prototipos, porque para que esto se lleve a cabo necesitamos de mucho financiamiento. Son robots que andan en el piso pero con autonomía de 15 minutos porque tenemos limitaciones en cuanto a la alimentación».