La enfermedad renal afecta a más del 10% de la población y se origina por distintas causas y factores de riesgo. En muchos casos el proceso inexorable es el tratamiento con diálisis y posterior trasplante de riñón.

Una de las claves para abordar esta epidemia es la detección temprana.

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La nefróloga Cristina Carlino del área de salud renal del Cudaio habló con Conclusión y dijo que “actualmente en diálisis hay arriba de 2.100 personas pero lo más importante es que hay muchas que no saben que tienen la enfermedad renal, porque si uno no hace los análisis necesarios, pasa desapercibido y puede avanzar la enfermedad hasta necesitar diálisis o trasplante en pocos años”.

En ese sentido, la especialista aseguró que los exámenes “son muy simples, se hacen en cualquier examen de rutina, para buscar creatinina, y a partir de ahí, se sabe cuál es la función renal y con un examen de orina”.

“Es un enfermedad que cursa muy silenciosamente y no da síntomas hasta estar avanzada entonces por eso la gente no se alerta y hay muchos que pueden padecerlo y no saberlo”, destacó.

Según explicó Carlino, “los riñones son dos órganos sumamente importantes que filtran la sangre de todo el cuerpo y la van depurando de las sustancias que no se necesitan, y son eliminadas por la orina. Pero además, colaboran en la formación de glóbulos rojos y en la salud y metabolismo del hueso a través de la vitamina D”.

Entre los principales síntomas mencionó la hinchazón en el cuerpo, pérdida de peso, y cierto malestar. “En general, la enfermedad renal acompaña a otra enfermedad. Lo importante es hacer controles regulares”, dijo convencida y cerró: “Una persona sana debería hacerse estudios de rutina cada dos años y si hay alguien con factores de riesgo, debería ser un examen anual”.