“La inflación, el fracaso del Indec, la deuda externa, precios, salarios, paritarias e Impuesto a las Ganancias han ocupado la preocupación de la gente”.

Tal afirmación la hace, en el inicio de su columna de opinión en el diario “Página 12”, el periodista Luis Bruschtein (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-293378-2016-02-27.html), aclarando que “en el campo de batalla mediática son más las noticias malas para el Gobierno que las buenas, a pesar de que el 90 por ciento de la artillería es del oficialismo”.

Hace luego hincapié en el paro de los estatales del miércoles pasado, “el cual –dice- es indicativo de la situación social. Muchas veces no se trata del motivo, si existe o no, sino de la circunstancia: si el contexto o la situación política soportan una medida de fuerza. Y normalmente los dos primeros meses de un gobierno constituyen un tiempo desfavorable. Pero esta vez –agrega- fue una medida con muy poco rechazo; se produjo dentro de la lógica que se está desarrollando en el país. Ese ‘no’ al rechazo que podría haber generado en otro momento, da una medida de los espacios que va cediendo el Gobierno”, sostiene el firmante de la nota.

“Desprestigiar al kirchnerismo”

Pasa luego a describir algunos de los sectores del Estado donde hubo despidos de trabajadores.
En este punto, dice Bruschtein que “para desprestigiar al gobierno anterior y justificar despidos en estas áreas, se han construido mitos sobre Tecnópolis y el Centro Cultural Kirchner como obras faraónicas sin sentido, igual que el Museo del Bicentenario. Se escribieron editoriales en ‘La Nación’ y se organizaron visitas de periodistas de ‘Clarín’ para mostrar goteras y cables pelados. Según la administración, en estas obras todo fue despilfarro, corrupción y demagogia. Dijeron horrorizados que los 500 trabajadores del Centro Kirchner habían sido designados dos meses antes del fin del gobierno, o sea cuando empezó a funcionar”.

Comparativo

El columnista de Página 12 recuerda que en un informe del año pasado, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Empleo (Cippec), muchos de cuyos integrantes forman parte ahora del gobierno de Macri, señalaba que el 17 por ciento de la población activa trabaja en el Estado.
“De esa cantidad –explica- la mayoría corresponde a los gobiernos provinciales y municipales y sólo una pequeña fracción a la estructura nacional. Desde Canadá hasta la mayoría de los países desarrollados de la OCDE tienen ese índice por arriba del de Argentina”. Y concluye: “O sea que esos países tienen, en proporción, más empleados públicos que Argentina”.