Luego de una vida dentro del ámbito religioso, debió renunciar a su lugar en la Iglesia para convertirse en político, ligado al partido del Frente para la Victoria. Enrique Maldonado, bajo el voto popular, se ha convertido en el intendente de una localidad cordobesa.

El ex sacerdote y actual jefe comunal de Chancaní, justificó su decisión de dejar la vida religiosa para dedicarse a la política en que «el reino de Dios abarca toda la vida de las personas».

En tal sentido, Maldonado aseguró que «además de lo espiritual, también implica una mejor calidad de vida, el acceso a los derechos y la superación de la injusticia que se da en la pobreza».

El flamante jefe comunal de Chancaní fue sacerdote durante 25 años y debió renunciar para postularse como candidato del Frente para la Victoria, obteniendo un triunfo con casi el 60 por ciento de los votos sobre su opositor Pedro Montoya, de Unión por Córdoba.

La localidad ahora gobernada por Maldonado está situada en el departamento Pocho, de la provincia de Córdoba, en el oeste provincial a 265 kilómetros de la ciudad capital, sobre la ruta nacional 20.

La zona padece carencia de agua, caminos sin asfaltar, limitada electrificación por lo que Maldonado prometió concentrarse en estos problemas durante su gestión.

«Fui cura 25 años y trabajé en la zona desde hace más de 20 años. Quizá sin saberlo mi campaña comenzó hace más de 20 años porque siempre estuve muy inclinado a lo social» manifestó Maldonado en declaraciones a un matutino cordobés.

«Desde siempre venimos padeciendo la situación de la comuna como estado reducido a su mínima expresión y personalizado a la voluntad del jefe comunal de turno, y uno entendía que la comuna debía estar en distintos lugares, que es lo que ahora vamos a intentar», agregó.

Maldonado puntualizó que sus prioridades están relacionadas con lo esencial de la infraestructura básica como la distribución de agua, mejorar de caminos, expandir la electrificación y acompañar los procesos de producción de la gente.

«Yo siento que el reino de Dios abarca toda la vida de la persona, además de lo espiritual también implica una mejor calidad de vida, el acceso a los derechos y la superación de la injusticia que se da en la pobreza», culminó.