Tras un año de restricciones, puertas cerradas y poca presencialidad, hoy el Jardín Materno Infantil Osecac puede darse el gusto y celebrar sus 41 años con los verdaderos protagonistas de esta historia: los niños.

“Estamos felices porque estamos trabajando, porque a pesar de lo que estamos sufriendo todos, el jardín pudo permanecer abierto, y gracias a Dios con ínfimo riesgo”, valoró la directora Graciela “Pipi” Spooner en diálogo con Conclusión y en seguida celebró: “El sólo hecho de poder atravesar este momento tan difícil, acá -en el jardín-, en este lugar, y poder brindarles a todas nuestras familias, niños y niñas esa posibilidad, ya te hace feliz. Ya es un plus”.

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Y recordando lo que fue el festejo del año pasado, del que sólo pudieron participar unas pocas maestras, Pipi volvió a reiterar la felicidad que les genera poder compartirlo con los chicos. “Es un festejo interno y con burbujas, pero estamos todos unidos en un solo corazón”, se emocionó.

Es que el Jardín cumple ni más ni menos que 41 años y viene de atravesar un año complicado producto de la pandemia, donde los abrazos, las risas, los cuentos y los juegos que caracterizan a la institución, quedaron postergados, o al menos, limitados a la virtualidad.

Las familias nos agradecen haber estado y abrir en este momento tan duro porque los empleados de comercio, el comercio no paró. Y se ha comprobado que podíamos funcionar sin problemas”, destacó la directora.

Graciela Tion, coordinadora pedagógica del Jardín, se sumó rápidamente a las palabras de Pipi y agregó: “Tuvimos que organizarnos, tener en cuenta cada detalle, pero por suerte tenemos un jardín amplísimo que nos permitió acomodarnos en función de las necesidades de las familias”.

“Desde febrero que estamos trabajando y por ahora no tuvimos ningún tropiezo. Estamos funcionando a un 50%, lo que significa aproximadamente un total de 68 chicos”, precisó.

Por último, Tion agradeció poder estar presentes físicamente y auguró por un 2022 de vuelta a la normalidad. “Lo más importante es que este año sí podemos estar con los niños y con las familias. Más no podemos pedir, agradecemos poder estar más físicamente presentes y con la esperanza de que el año que viene el jardín y los festejos vuelvan a ser lo que eran, a funcionamiento pleno”.

Tortas, regalos, globos y colores decoran estos 41 años del Jardín. Y los niños y niñas, le devuelven el alma y la fiesta.