Por Hermes Lavallén

En los últimos años, los bonos verdes se han convertido en una herramienta financiera cada vez más importante para impulsar la inversión en proyectos sostenibles en todo el mundo. Los bonos verdes son instrumentos financieros que se emiten para financiar proyectos que tienen un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad, como proyectos de energía renovable, transporte sostenible y eficiencia energética.

Desde la emisión del primer bono verde en 2007, el mercado de bonos verdes ha crecido significativamente. Según un informe de la Climate Bonds Initiative, se emitieron más de USD 270 mil millones en bonos verdes en todo el mundo en 2020, lo que representa un aumento del 9% respecto al año anterior.

En cuanto a los países emisores de bonos verdes, China lidera el ranking con una emisión total de USD 151.6 mil millones en 2020, lo que representa el 56% del mercado global de bonos verdes. Le sigue Estados Unidos con una emisión de USD 51.1 mil millones, Francia con USD 20.7 mil millones, Alemania con USD 16.5 mil millones y Japón con USD 14.9 mil millones.

En América Latina, Brasil lidera la emisión de bonos verdes, con una emisión total de USD 5.9 mil millones en 2020. Le sigue México con USD 3.8 mil millones, Chile con USD 3.6 mil millones y Colombia con USD 2.2 mil millones.

A medida que aumenta la conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y el mercado de bonos verdes en el mundo, aumenta la cantidad de países emisores. Aunque en Argentina el gobierno todavía no ha emitido bonos verdes a nivel nacional, algunas empresas y entidades financieras ya han comenzado a emitir bonos verdes en el país para financiar proyectos sostenibles. En 2019, la empresa Genneia emitió el primer bono verde en Argentina por un monto de USD 131 millones, destinado a financiar proyectos de energía renovable.

Foto: www.genneia.com.ar

Además, la Comisión Nacional de Valores (CNV) estableció una regulación en 2020 para la emisión de bonos verdes y sociales en Argentina, lo que podría incentivar a más empresas y entidades financieras a emitir estos instrumentos financieros en el futuro.

Recientemente, el gobierno de la provincia de Buenos Aires emitió un bono sustentable por un monto de USD 600 millones, que incluye tanto proyectos de energía renovable como de transporte sostenible y gestión de residuos. Esto demuestra el creciente interés en la inversión sostenible en Argentina y la importancia que se le está dando a la reducción de la huella de carbono.

Sin embargo, todavía hay muchos desafíos que enfrentar para impulsar la inversión sostenible en el país, como la falta de incentivos fiscales y regulaciones claras.

Además, la economía argentina ha generado incertidumbre en el mercado financiero, lo que podría dificultar la emisión de bonos verdes en el futuro cercano.

Foto: Andreas Gucklhorn – unsplash

Cómo funcionan

En esencia, un bono verde funciona de la misma manera que un bono convencional. Es una forma en la que una empresa o gobierno puede obtener financiamiento de los inversionistas a cambio de pagar intereses a lo largo del tiempo. Sin embargo, lo que hace que un bono verde sea diferente es que el dinero recaudado se utiliza exclusivamente para financiar proyectos ambientalmente sostenibles.

Para emitir un bono verde, la empresa o gobierno debe tener un proyecto específico que cumpla con los criterios ambientales establecidos por los principios de los Bonos Verdes. Luego, se elabora una oferta de bonos, que describe los términos de la emisión, incluyendo la cantidad a ser recaudada, el plazo de la emisión y la tasa de interés que se pagará a los inversionistas. Una vez que se publica la oferta, los inversores pueden decidir si desean comprar los bonos verdes.

Una vez que se completa la emisión de los bonos verdes y se recauda el dinero, los fondos se destinan exclusivamente a financiar el proyecto ambiental sostenible. En algunos casos, el proyecto puede ser estructurado como una entidad separada, como una sociedad anónima, que es responsable de administrar el proyecto y cumplir con los requisitos ambientales establecidos.

Un bono verde funciona como un instrumento bancario al permitir que una empresa o gobierno emita un bono que se utiliza exclusivamente para financiar proyectos ambientalmente sostenibles. Los inversionistas reciben intereses a lo largo del tiempo y, al mismo tiempo, contribuyen a la protección del medio ambiente.

En conclusión, aunque Argentina todavía está en las etapas iniciales de la emisión de bonos verdes, hay un creciente interés en la inversión sostenible en el país. Con el tiempo, es probable que más empresas, entidades financieras y el gobierno nacional se sumen a esta tendencia global y emitan bonos verdes para financiar proyectos que tengan un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad.