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Las transfusiones de sangre y sus productos ayudan a salvar millones de vidas al año, por lo que se estableció el 14 de junio como el Día Mundial del donante de sangre por la OMS (y en general se hace extensivo a la semana), en agradecimiento y recordatorio a las personas que realizan esta acción social, la cual se pretende se vuelva un hábito en las sociedades.

La donación de sangre contribuye directamente a que pacientes con enfermedades potencialmente mortales vivan más tiempo con mejor calidad de vida, y posibilitan la realización de intervenciones médicas y quirúrgicas complejas. Asimismo, tienen una función vital en la atención materno-infantil, el embarazo y las respuestas de emergencia a los desastres naturales o causados por el hombre.

Son muchas las ideas que se tiene al respecto de la donación de sangre. Una de ellas, es que se debe realizar solo cuando un familia cercano o amigo necesita una o varias transfusiones debido a una complejidad médica o accidente.

Es por esto que Conclusión le consultó al médico especialista y jefe del Servicio de Hemoterapia del Hospital Eva Perón, doctor Néstor Manzelli, quien reflexionó sobre la necesidad e importancia de la donación de sangre.

Manzelli explicó que «las personas visualizan la necesidad de la sangre cuando sucede algo en la familia o con alguien muy cercano«, pero en realidad «nosotros le podemos asegurar que acá se utiliza mucha y todos los días».

«La donación de sangre se constituye en algo de suma importancia para la salud de todos. Tanto es así que según las estadísticas 9 de cada 10 personas va a necesitar sangre en un momento de la vida, para nosotros o para nuestra familia íntima», especificó el médico.

Para el responsable de Hemoterapia del hospital público de Baigorria, «es importante subrayar al donante voluntario, altruista y habitual, estas tres condiciones son importantes para que el sistema de salud funcione y evitemos estar atrás de donantes cuando pasa algo», ya que, cuando se interna a «un paciente o un familiar o conocido nuestro, no es momento de donar, es tarde hay que donar antes, la sangre tiene que estar antes. Es como un fármaco que uno espera que el hospital tenga, bueno a veces el hospital tiene de todo menos sangre«.

Al preguntarle respecto a la importancia de este acto solidario, el doctor aclaró que ese valor humano «no está en cuestión».

«Lo que tenemos que lograr es aprender cuando se dona. La donación debe ser un hábito social, nosotros podemos donar 3 o 4 veces al año sin ningún problema para la salud. Un hábito es donar dos veces en el año. La donación debe ser un hábito continuo porque en algún momento lo vamos a necesitar», apuntó el especialista.

Sobre ciertos miedos, ideas o mitos populares que existen al realizar una donación de sangre, teniendo en cuenta también el contexto de pandemia, Manzelli aclaró: «Estamos tomando todas las precauciones sobre todos nosotros en los ámbitos de salud. Donar sangre acá o en las postas de donación externa que están en la página de Cudaio».

El profesional finalizó aclarando que «tampoco hay que tener miedo a la donación propiamente dicha. Por lo general en los adultos, subyace un temor a la sangre a las agujas que aprendimos en la infancia. Hay que erradicar ese temor, acercarse y ver lo sencillo que es donar. Lo bueno es que genera una satisfacción personal donar sabiendo que uno salva vidas concretamente. Esto es real».