Por Hernán Cabrera

Emplazada en González Catán, a 30 minutos de la ciudad de Buenos Aires, Campanópolis representa la creatividad de su creador Antonio Campana, quien hace más de cuarenta años encontró en su construcción un pasatiempo para paliar las consecuencias de una dura enfermedad que le tocó atravesar.

La aldea Campanópolis está formada por un grupo de construcciones unidas a través de callejuelas adoquinadas, pasajes, recovecos y lugares secretos que representan estilos diversos del medioevo europeo.

En la aldea se pueden recorrer las doce «Casitas del bosque», rodeadas de fuentes, lagos, puentes de quebracho, pequeñas islas, muelles, un molino de viento holandés, una capilla colonial y una locomotora con vagones.

Además se puede visitar el museo de «Las Rejas» o «Ferroteca», el pasaje del Búho, el «Museo de los Caireles», el cabildo, la «Cascina», la casa Proa de Barco y numerosos espacios secretos.

La historia cuenta que hace casi 40 años comenzó este sueño en un predio adquirido en 1976 donde antes eran explotadas antiguas tosqueras, cuyo producto fue usado para la construcción de las bases de las pistas del Areropuerto Internacional de Ezeiza y de la autopista Richeri.

Luego el lugar fue expropiado por el CEAMSE (Cinturón Ecológico Área Metropolitana Sociedad Del Estado) que durante mas de cinco años lo uso para relleno sanitario, dejando secuela de contaminación ambiental.

Antonio Campana entra en un largo pleito judicial para recuperar el predio. Paralelamente le aquejan diveros problemas de salud y, ante esto, decide dar un vuelco importante a su vida, impulsando sus ganas de vivir junto a sus ansias de concretar su sueño hoy hecho realidad con este legado de belleza.

Descubriéndose así mismo como creador y diseñador, con un amplísimo criterio del reciclado y creatividad, hace uso de sobrantes de demoliciones para construir un mundo nuevo sobre el caos hasta entonces reinante, dando a luz esta mágica aldea, restableciendo también del equilibrio ecológico.