Por Gisela Gentile

¿En qué momento dejamos de pensar en el otro? ¿Cuándo las necesidades de tomar una cerveza fuera de casa se sobrepusieron a las de cuidarse y cuidar a los demás? En un primer momento se veían las imágenes que venían desde el viejo continente, nos horrorizábamos y cada noche a las 21 hs se aplaudía al personal de salud, pero de a poco todo se fue apagando.

Si bien en gran parte de la región de Santa Fe pasamos a una fase con más restricciones, en algunas zonas la situación no ha cambiado mucho. En el centro, lugar que está a la vista de todos, la cotidianeidad se ha visto modificada, pero en los barrios y localidades más pequeñas las reuniones afectivas continúan y algunas actividades se realizan de manera camuflada.

Si bien es entendible que la acuciante situación económica no nos brinde respiro, la realidad que están atravesando las trabajadoras y los trabajadores de la salud es muy compleja. La misma implica que muy posiblemente a corto plazo, todos nos veamos afectados porque el recurso humano es agotable.

Conclusión dialogó con Ramiro Aguilar, médico clínico que forma parte del staff médico de UTI (Unidad de Terapia Intensiva) y coordinador Regional del Sies 107, quién nos relató con detalles la compleja realidad que está atravesando la localidad de Venado Tuerto. “La situación que vivimos es realmente dramática, en este momento de las 15 camas que tenemos para utilizar, con los recursos tanto físicos como humanos, están ocupadas 14. De ese número 13 son de pacientes Covid positivo que están en respirador, lo cual nos pone en un altísimo porcentaje de camas ocupadas y respiradores utilizados. En torno a las salas generales existe una gran saturación, allí también estamos en 90% de ocupación y también estamos escasos de recursos humanos”, sostuvo preocupado.

Esto último es una situación que muchas personas no comprenden o no reparan, el personal médico se encuentra en una situación altamente compleja en donde se necesita del respaldo de la comunidad para poder pasar este álgido momento. “Hay una realidad con respecto al recurso, el tendón de Aquiles hoy es plantel de enfermería, ya que el 42 % de los enfermeros quedó licenciado apenas arrancó la pandemia por factores de riesgo, predisponentes y cuidado de menores, quedando así mucha gente fuera del sistema de atención”.

En las últimas dos semanas la situación se complejizó considerablemente, “el contagio y la escalada de casos en este último tiempo hizo que aumentara la demanda y los recursos no son suficientes. Es importante remarcar que un profesional de enfermería tarda aproximadamente cinco años para formarse y dar la atención adecuada en cuidados críticos, siendo ese el lugar que más nos cuesta poder cubrir con personal. Sumado a esto, existe un porcentaje de personal que se va contagiando por la atención o transmisión comunitaria, de tal modo que se nos siguen cayendo trabajadores”.

Necesitamos poder bajar esa escalada de pacientes con Covid, para de esa manera poder disminuir la demanda de atención, de no lograrlo va a colapsar.

Al preguntarle por cómo veía la situación en el resto de la región, sostuvo: “El otro lugar donde hay terapia intensiva en el sector público, es Firmat, que también está con una ocupación altísima de camas, hace unos días estaban al 100 % y hoy creo que bajaron a un 90%. La subregión Firmat, acá en el departamento General López también están con un aceleramiento grande en la cantidad de casos”.

En la localidad venadense existen dos sanatorios privados que también se encuentran en una situación crítica. “Están muy cerca del colapso, todos los años en esta época las patologías respiratorias son las que llevan a los adultos mayores a una atención crítica, por lo cual insistimos una y otra vez con que la gente se quede en casa”.

Es importante poder disminuir la curva de contagios, “necesitamos poder bajar esa escalada de pacientes con Covid, para de esa manera poder disminuir la demanda de atención, de no lograrlo va a colapsar y lamentablemente vamos a ver las mismas imágenes que pudieron observarse en el resto del mundo, inclusive en los mejores sistemas de salud”, sentenció.

No sólo desde lo físico, sino también en lo emocional, convengamos que no podemos ver a nuestras familias y amigos, lo que estamos pasando es realmente durísimo, por ello les pedimos solidaridad y empatía a toda la población.

Los aplausos para los trabajadores de la salud fueron un espasmo de empatía que con el correr de las semanas se fue apagando, dejando de lado que aquellas personas que están en la primeras líneas, se encuentran transitando la situación más compleja de sus carreras. “Si logramos poder bajar la curva de contagios nos daría un gran respiro, porque sumado  a la falta de personal, todos nos encontramos muy cansados, agotados y estresados. No sólo desde lo físico, sino también en lo emocional, convengamos que no podemos ver a nuestras familias y amigos, lo que estamos pasando es realmente durísimo, por ello les pedimos solidaridad y empatía a toda la población”.

Ante lo crítico del contexto, resulta fundamental la colaboración de todos. “Es importante que se acaten las medidas de distanciamiento, que considero no son tan difíciles de llevar a cabo, si tenemos en cuenta lo complejo que resulta asistir a una persona en cuidados críticos. Por ello, les volvemos a decir una y otra vez que respeten el distanciamiento, que usen el barbijo, que se laven las manos con frecuencia, que no compartan reuniones familiares que es donde más se contagian las personas por lo menos en nuestra región. El 80% de los mimos se da en las reuniones afectivas y sociales, por lo cual necesitamos que lo consideren”.

El no respeto de las normas nos ponen muy tristes a todo el personal de salud, es una mezcla de impotencia y de bronca.

En torno a las diferentes marchas que se han dado en las últimas semanas, el médico clínico reflexionó: “Esas situaciones y el no respeto de las normas nos ponen muy tristes a todo el personal de salud, es una mezcla de impotencia y de bronca, ya que nosotros ponemos lo mejor y realmente nos costó muchos formarnos para poder atender a la gente. También dejame agregar que nos atemoriza el pensar en no poder dar la atención a alguien como se debe, porque más allá del cansancio y el estrés, esa imagen es la que más nos aterroriza a todos y a todas”, concluyó.