Trabajadores de aerolíneas «low cost» como FlyBondi y JetSMART se manifestaron este jueves en el Aeropuerto Internacional Islas Malvinas para reclamar la habilitación que les permita retomar la actividad. Según contaron, llevan más de seis meses sin soluciones a la reducción de ingresos que han tenido por el parate económico derivado de la pandemia.

«Estamos cobrando, pero una parte reducida, porque llegamos a un acuerdo entre todos los trabajadores para que no se eche a nadie y se conserven todos los puestos de trabajo», contó ante Conclusión Bruno Manzi, vocero de los trabajadores de FlyBondi.

Tal describió, llevan más de cinco meses sin trabajar y sosteniéndose como pueden, ya que no han percibido ningún subsidio estatal.

Al ser consultado por la respuesta de la empresa ante esta situación, Manzi apuntó que desde la firma les piden «resistir» y «ser solidarios» hasta que haya novedades de parte de las autoridades correspondientes a la aviación para que se reinicie la operación».

Francisco Baiamonte es piloto de FlyBondi y, al igual que sus compañeros, está preocupado por la falta de reactivación de los vuelos aerocomerciales en el aeropuerto de El Palomar. 

«Hoy ese aeropuerto tiene una actividad única ligada a la parte militar. Recordemos que es de la Fuerza Aérea Argentina, allí se vienen realizando operaciones desde hace más de cien años. En ese lugar, FlyBondi y JetSMART iniciaron actividades en la parte comercial del aeropuerto, en donde demostramos que se puede trabajar en conjunto», relató.

Asimismo, el piloto detalló que su último vuelo fue el pasado 15 de marzo. Desde entonces, espera ansioso el retorno al aire. Mientras espera el regreso a la cabina, se mostró conforme con el accionar empresario, que les anunció que no echaría a nadie, pero sí les pagaría solo una parte de sus salarios.

«La empresa está haciendo un esfuerzo muy bueno y nosotros también: reducimos nuestro sueldo para que todos podamos mantenernos. La empresa también desarrolló esa posición porque quiere que sigamos trabajando», opinó Baiamonte.

Escuelas afectadas

El parate no solo afecta a los pilotos, sino también a quienes los forman para volar. Walter Barreto es director de la escuela de vuelo Whisky Bravo. Tal contó en declaraciones a Conclusión, comenzó el año entusiasmado, con tres cursos de tripulantes que cursaban de forma regular, pero a la semana tuvo que frenar la instrucción debido a la llegada de la pandemia.

«En lo práctico, no podemos volar. Únicamente con pilotos, para mantener un entrenamiento de licencia o habilitación, pero en la parte de enseñanza estamos parados desde hace cinco meses. ¿Qué diferencia hay entre el trabajo de un taxista y el nuestro? La distancia en la cabina es exactamente la misma y el trabajo es realizado al aire libre», se preguntó Barreto.

Aun así, destacó que de momento han podido mantener a los tres cursos en pie, a la espera de nuevas disposiciones de la Administración Nacional de Aviación Civil Argentina (ANAC). «Está cerrada, no te atienden», afirmó.

Por su parte, el instructor de vuelo y jefe de estudio Andrés Martínez, señaló a Conclusión que «recién hace un mes, sacaron la resolución en la cual nos permiten de manera excepcional realizar los cursos a través de Zoom».

«La autoridad aeronáutica no se adaptó rápidamente a esta nueva realidad y eso nos genera muchos problemas», advirtió.

Tal relataron ambos, no han recibido ningún tipo de subsidio para enfrentar la situación que atraviesan en las escuelas de vuelo. «Los primeros meses que estuvimos completamente parados, tuvimos que seguir pagando el seguro del avión, el mantenimiento y un montón de gastos que nadie te reconoce», detallaron.