Se trata de una movida a nivel global de jóvenes ambientalistas y distintas organizaciones en reclamo de “medidas urgentes” por lo que señalan como una crisis climática.
Los restos óseos afloraron entre pedazos de cemento, azulejos, velas y flores marchitas, los vecinos horrorizados se dirigieron al cementerio para constatar que no eran de tumbas de sus seres queridos.
Problemas en las vías respiratorias y en la piel, sumado a una ordenanza que no se cumple y falta de control por parte del Estado, es la situación de los pobladores de Puerto San Martín, Timbúes y Fray Luis Beltrán.