MARTES, 26 DE NOV

Poner en palabras todo lo que no nos contaron de niñas

“Decidimos hacer "Lunas luneras" y entendimos que ponerle el título "Por crianzas más feministas", hacía referencia al recibir una educación que, si es feminista, es sexual”, dijo Mariela Degano, quien junto a Analia Huerga concretaron un libro que intenta, con vocabulario de nenas y con los ejes de la Ley de Educación Sexual Integral, poner en palabras el encuentro con sus propios cuerpos.

Por Gisela Gentile

 

“No se tienen que guardar

Los secretos que hacen mal

Si no alcanzan las palabras

Para lo que hay que contar

Inventemos otro idioma

Siempre te voy a escuchar”

Canción “Hay secretos” Canticuénticos

Hoy el modo de crianza ha cambiado, si bien no toda la sociedad está en la misma deconstrucción, el avance de derechos coincide con la necesidad de sacar lo que se esconde debajo de la alfombra o dentro del placard, vetustas y poco felices maneras de criar.

Si bien muchas de nosotras podemos haber vivenciado una infancia feliz, es indiscutible que de muchas cosas no se hablaba. No todas tuvimos esa palabra que habilitaba la escucha y que nos anticipaba o nombraba a las cosas por su nombre o aquella que nos introdujera, no sólo en los cambios que ocurrirían en nuestro cuerpo, sino también del placer y del goce.

Recuerdo, por ejemplo, la frase “hacerse señorita”… era como un día mágico en donde de repente no eras más niña y todos te saludaban. Años después pudimos construir y comprender que sólo éramos niñas menstruando.

Hoy en día, luego de una lucha sostenida, hemos avanzado en derechos no sólo feministas, sino también de las diversidades. Hoy las infancias cuentan con herramientas como la canción de Canticuénticos que pone la mirada, la escucha y la voz en los abusos, la literatura infantil avanzó al compás de la revolución.

El libro está orientado a niñas de entre 6 y 11 años, una educación que no recibimos o una palabra que no existió.

Por ello libros como “Lunas luneras, por crianzas más feministas” pueden encontrarse en las bibliotecas familiares o dentro de una escuela, significando un gran aporte poético para que las niñas se encuentran con sus propios cuerpos y emociones acompañadas de esa palabra silenciada. Mariela Degano es docente, licenciada en Educación para la Salud y especialista en sexualidad humana, y junto a Analía Huerga, dieron vida es te maravilloso libro. “Todo comenzó cuando le encargo a Ana un material didáctico que ella realizaba en tela para abordar la autoexploración y el cuidado de los genitales en ese momento, como parte de mi trabajo en Educación Sexual Integral. Recuerdo que lo elegí especialmente en tela porque era para trabajar con adolescentes ciegos, ya que me desempeño mucho con el tema sexualidad y discapacidad”.

Desde ese día conectó con sus dibujos y una idea que parecía flotar en el aire, comenzó a plasmarse. “Me enamoré de sus dibujos y recuerdo que me dijo que, si quería ponerle letra y poesía a los mismos, yo tengo muchas ganas de poder armar un libro en conjunto. Entendimos en ese momento que nos encontrábamos dos mujeres profesionales, ella mamá y yo no, con la misma intención y deseo. Poner en palabras en un libro para nenas todo lo que a nosotras no nos habían contado”.

Por ello decidimos hacer <Lunas luneras> y entendimos que ponerle el título Por crianzas más feministas, hacía referencia al recibir una educación que si es feminista es sexual

Esa historia que necesitamos cuando teníamos la edad de esas nenas. “El libro está orientado a niñas de entre 6 y 11 años, una educación que no recibimos o una palabra que no existió. Ambas recordábamos nuestra niñez, en torno a nuestro cuerpo, a la sexualidad toda, al enamoramiento, vínculos de amistad, a las travesuras, los gustos, como algo muy silencioso, si bien ambas coincidimos que fue una niñez disfrutable, a la vez notamos esa poca respuesta ante preguntas muy específicas en torno a nuestros cuerpos”.

Con gran motivación y expectativa se animaron a escribir un libro con vocabulario de nenas, en donde existe el encuentro con sus propios cuerpos. “Por ello decidimos hacer <Lunas luneras> y entendimos que ponerle el título Por crianzas más feministas, hacía referencia al recibir una educación que si es feminista es sexual. Destacando a lo sexual en el mejor sentido de la palabra, entorno a una que sea integral, disfrutable, comprometida y responsable. En donde las niñas se encuentran con sus propios cuerpos y emociones, en donde puedan encontrarse con la palabra a la vez que van sucediendo todas las transformaciones que se acontecen en esa edad”.

Un libro pensado desde los ejes de la Educación Sexual Integral. “Hablamos de afectividad, de encontrarnos con nosotras mismas, inclusive rescatar que, si bien está dirigido a niñas entre 6 y 11 años, me lo han comprado amigas, compañeras, me lo han pedido para una muestra en un museo por sus imágenes, hemos hechos tertulias literarias con juegos a través de esos dibujos, sumando que ese libro lo tiene mi madre, mi tía, es decir que podría ser como algo que nos adeudábamos. Generaciones más grandes nos encontramos con un libro, que al leerlo, nos remitimos a la infancia, esa que estaba plagada de silencios. Los ejes de la ESI los encontramos en esa mirada de afectividad, género, diversidad, cuerpos, salud y el alojar ese cuerpo cuidado. Es un libro de educación feminista, porque tiene que ver con educar a infancias, niñeces y adolescentes más feministas, que por ende van a ampliar derechos”.

Es necesario también la existencia de este tipo de libros dedicados a los niños que serán futuros varones, que tendrán en su accionar la posibilidad de modificar acciones y costumbres patriarcales y machistas. “Si bien este fue un libro pensado para niñas, ya hemos pensado un libro para varones. Hay mamás que los han comprado para sus niñas y nos han contado que han compartido lectura con sus primos, hermanos o sus padres, por ejemplo, sumando también que a veces los han llevado a su escuela y compartido con sus maestras. En el libro también están dibujados los varones, ellos también tienen sus cuerpos, inclusive también tiene cuerpo la diversidad. La lectura de ese libro hace a varones más responsables, a varones no violentos, a varones no discriminativos”.

En el capítulo del amor también podrán encontrarse parejas diversas dibujadas. “Nos enfocamos en el amor y punto. Allí encontramos ilustraciones de parejas de dos nenas, de dos nenes, de una nena y un nene, uno de ellos en sillas de ruedas, abordando también la diversidad corporal en todo su amplio abanico”.

No en todas las familias se habla de sexualidad, por lo cual resulta fundamental la implementación real de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) porque la información es un derecho universal y todas las personas deberían acceder a la misma. “Recordemos por favor que es urgente y necesario que se implemente una ley del 2006. En octubre estamos a 16 años de su promulgación, no puede ser que la sociedad no se sienta interpelada por esta ley maravillosa. La misma es un instrumento político, educativo, social, terapéutico, ético, en definitiva, maravilloso. Es una herramienta integral que viene a ampliar derechos teniendo en cuenta la potencialidad que la ESI adquiere con leyes que han surgido luego del 2006. En este sentido se sancionaron otras leyes ampliatorias de derechos en torno a la identidad de género y sexual, a la interrupción legal del embarazo, matrimonios igualitarios, y otras que vienen a potenciar dicha ley”.

Falta acompañamiento y compromiso de las propias instituciones educativas para implementarla como proyecto integral institucional. Si así la pensamos, podemos sostenerla en el tiempo transversalmente, sino queda en la voluntad de algunos profes o docentes que quieran dar algún tipo de contenido

No todas las escuelas están implementándola, y algunas lo hacen desfiguradamente. “Muchas escuelas de tinte religioso la implementan diciendo que dan ESI cuando dan educación para el amor. Nos está faltando un acompañamiento de presencia del estado en todos sus estratos, municipal, provincial, nacional, comunal, a nivel educativo y no, ya que la ESI permea otros espacios y otros territorios, no solo la escuela. Falta acompañamiento y compromiso de las propias instituciones educativas para implementarla como proyecto integral institucional. Si así la pensamos, podemos sostenerla en el tiempo transversalmente, sino queda en la voluntad de algunos profes o docentes que quieran dar algún tipo de contenido o llamar a algún especialista una vez al año, eso no es ESI. Si se implementa de manera institucional todos los actores están afectados sino no funciona, y lamentablemente eso es lo que está pasando”, concluyó.

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