Por Juan Manuel Martellotto

“No pasa nada que no tenga que pasar”, dice un fragmento de una letra cuyo sencillo pertenece al último disco de Graffiti, y de alguna manera augura este nuevo regreso de la histórica banda rosarina con formación renovada para el primer show después de poco más de un año de su última actuación en la “Chicago Argentina”.

La agrupación actual está integrada por dos de sus miembros fundadores: Eduardo Carbí (voz), y Ariel Pozzo (guitarra), el histórico Marcelo Sali (batería) y se completa con Marcelo Gallego (bajo), que ingresó el año pasado y la flamante incorporación de Luis Bergonzi (teclados).

A lo largo de su carrera, la banda grabó seis discos de estudio “Exhibición condicionada” (1987), «Sin respirar» (1988), «Graffiti 3» (2020) -con la participación en voces de Miguel Mateos en el tema “Para mí”-, el disco doble “Infinito” 1 y 2 (2021) -con la participación exclusiva de Richard Coleman (ex Soda, Cerati y Los siete delfines), en el tema “Quien”-; y Gladstone Road (2022). Los tres últimos álbumes fueron mezclados y masterizados por Gustavo Sachetti desde su Grammy winning studio en Cancún, México. Cuenta también con un DVD “en vivo” de edición limitada «20 años después» (2009).

Un poco de historia y los 80

La ciudad de Rosario fue, y es, cuna de grandes artistas, en especial de una camada de músicos y bandas célebres: desde Lito Nebbia con Los Gatos Salvajes y luego con Los Gatos en los 60; pasando por Pablo El Enterrador como gran referente vernáculo del rock progresivo de los 70; La Trova Rosarina (entre fines de los 70 y principios de los 80), conformada  en ese entonces por talentosos jóvenes y músicos hoy consagrados como Juan Carlos Baglietto y Fito Páez, cuya gran obra ha trascendido las fronteras del país y aún sigue en vigencia.

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Durante la década del 80, en pleno auge de la new wave, el rock nacional, liderado por grupos como Virus, Soda Stereo, Miguel Mateos, Los Enanitos Verdes y GIT, entre otros, hubo dos grandes bandas rosarinas muy destacadas: Graffiti e Identikit. Y ambas contaban con una gran proyección e incluso llegaron a grabar en discográficas multinacionales como CBS/Sony y EMI respectivamente, que eran dos de los sellos más importantes de esa época.

La crisis económica de fines de esa década terminó con las pretensiones de ambos grupos, como en el caso de tantos otros que no lograron sobreponerse a la grave situación de esos momentos tan turbulentos por los que atravesaba el país, y la música no era ajena a ello: “La crisis fue la causa principal, pero ya las diferencias creativas nos iban distanciando, yo quería ir más hacia el rock canción, los otros miembros quizás buscaban un aire más funk-groove… En definitiva, estábamos en nuestros primeros veinte años, muy chicos… no supimos cuidar lo que teníamos…”, afirma uno de los líderes de Graffiti, Ariel Pozzo, en diálogo con Conclusión.

La crisis fue la causa principal, pero ya las diferencias creativas nos iban distanciando

El guitarrista también revela: “Graffiti nació de la disolución de Boulevard en 1983, formada por Eduardo Carbí, Fabian Llonch y yo”. Y a su vez remarca: “Originalmente muy influenciados por The Police y las nuevas bandas New Wave de la época, lo que nos diferenciaba era la inclusión de un audio un poco más rockero, no tan pop/funk”.

Con respecto a esa época, el guitarrista describe: “Los 80 fueron una montaña rusa… Comenzó todo muy amateur, pasamos por años de éxito y terminó con una implosión causada por el ambiente hiperinflacionario de 1989 que llevo a Edu a vivir a Europa, y a mí a mudarme a Buenos Aires. Fue una época muy creativa, todo el tiempo aparecían sonidos y músicas nuevas, grandes artistas, grandes álbumes, lo que más rescato es la tremenda creatividad que surgía de estar todo el tiempo empujando los límites, tratando de sonar y componer cada vez mejor”.

Reencuentro

Luego de casi dos décadas de su separación, Graffiti volvió a juntarse, y desde ese momento hasta la actualidad, se reunió en diversas ocasiones brindando conciertos en salas emblemáticas como la Lavardén o el teatro El Círculo.

Nos juntamos por primera vez en 2008 y fue fantástico, ya más grandes y con menos egos exacerbados, realmente disfruté mucho y los otros chicos también, por eso lo que iba a ser solo un reencuentro por una sola vez, se transformó en casi una cita obligada cada pocos años, volvimos a tocar en 2011, 2013, 2017, 2019 y 2022”, recuerda el guitarrista, que augura: “Pero el próximo show del 10 de agosto creo que va a ser el mejor de todos”, anticipando lo que será la nueva reunión y presentación de la banda en la Sala Lavardén, con la novedad que en la formación estarán como invitados algunos de los miembros históricos.

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“Vamos a integrar nuestras dos épocas, con una primera parte dedicada a lo nuevo junto a la banda actual integrada por Edu (Carbí), Marcelo Sali, Marcelo Gallego, Luis Bergonzi y yo. Luego la banda actual cederá el escenario a Claudio Falzone y Ricardo Vilaseca, quienes junto a Sali, Edu y yo (todos los miembros originales de la última formación de 1989) nos lanzaremos a interpretar lo mejor de los clásicos para terminar todos juntos interpretando los últimos temas”, revela Pozzo.

La madurez se empezó a notar en composiciones más introspectivas, con letras más profundas y músicas más complejas

Al ser consultado en qué se distingue el sonido de Graffiti desde sus comienzos hasta la actualidad y de cómo fue evolucionando el mismo, el músico diferencia: “El Graffiti original de los 80’s sonaba más crudo, más para fuera, más basado en la rítmica. Desde que comenzamos a componer nuevamente con Edu a partir de 2020, la madurez se empezó a notar en composiciones más introspectivas, con letras más profundas y músicas más complejas tanto desde las texturas sonoras hasta los ritmos e instrumentación.”

Post-pandemia

Con respecto a cómo fue su incorporación al grupo, el reconocido músico Marcelo Gallego, comenta: “Después de los dos años de encierro (2020-2021) Graffiti comienza a organizar su presentación para el año 2022. Había mucho material nuevo producido en esos últimos años. Claudio Falzone manifiesta su decisión de no querer continuar en el grupo, y Mariano León, tecladista que llevaba varios años participando en Graffiti, propone mi nombre para el reemplazo”.

Y prosigue: “Por otro lado, Ariel Pozzo consulta a algunos músicos conocidos de él en Rosario y parece coincidir que alguien más sugiere mi nombre, me contactan para consultarme si me interesaría sumarme, les respondo que me parecía muy interesante el ofrecimiento, pero que de todos modos quería pensarlo”.

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“Después de eso, me comunico con Claudio Falzone planteándole que el sonido de Graffiti tiene que ver muchísimo con él y que sería bueno que reconsidere su decisión de abrirse del grupo. Me explicó con varios argumentos que era una decisión tomada la de no proseguir, entonces acepté sumarme al menos para ese show”, sintetiza Gallego, haciendo alusión al concierto de junio del año pasado, luego del que finalmente quedó como miembro estable.

El actual bajista, al ser consultado por que le puede brindar a la banda, considera: “Por el momento lo que puedo aportar es un compromiso de hacer mi trabajo lo mejor posible intentando estar a la altura de este prestigioso grupo. Lo que tengo que tocar ya está compuesto, tanto el material viejo grabado por Claudio como el material nuevo donde Ariel se hizo cargo de las grabaciones del bajo con líneas muy bien compuestas y muy bien tocadas”

Y destaca: “Es para mí una oportunidad de crecimiento y de aprendizaje, tengo una gran admiración por Ariel y por Eduardo. El material nuevo me gustó mucho y disfruto de poder tocarlo, también me gusta tocar los clásicos pero considero que suenan mejor si los toca Claudio, que es lo que va a suceder en este próximo show, me alegra mucho esa situación de poder participar y compartir este especial evento”.

Seguiremos componiendo y tocando mientras el cuerpo aguante. Graffiti fue lo más importante de mi juventud

Pozzo complementa la visión de Gallego y dice al respecto: “Somos felices haciendo lo que hacemos, amamos nuestra música y la pasamos genial. La característica principal es la admiración mutua y la camaradería”. A lo que agrega: “Seguiremos componiendo y tocando mientras el cuerpo aguante. Graffiti fue lo más importante de mi juventud. Luego por 30 años quedó como un lindo recuerdo… y actualmente es la vía de escape para toda la música que quiero crear y tocar. Es parte de mi vida y siempre lo será…”.

Y concluye: “El 10 de agosto en la sala Lavardén vamos a dar el mejor concierto posible, tanto a nivel musical como visual, algo en lo que siempre nos hemos concentrado, y junto con Ariel Marti que es nuestro ‘sexto Graffiti’ pondremos todo para que la gente se vaya feliz… ¡La música se lo merece!”.