Por Paulo Viglierchio

Rosario Central se amigó con la palidez. La cara lo pinta de lleno para lo evidenciado en el Gigante este domingo. La repartija de puntos con Colón le permite seguir sumando, pero sin dudas el objetivo cuando se encaró la jornada era otro.  Tibia tarea que obliga a repensar y analizar en la semana, con mucho para corregir y seguir trabajando.

Al Canalla le costó mucho el primer tiempo. No pudo entrar en ritmo y careció de volumen de juego. Solo Giaccone aportó algó de claridad en base a atrevimiento. Si bien tuvo la intención de avasallar desde el comienzo como en cada partido de local, esta vez faltó un poco de todo. A eso se sumo líneas demasiado separadas y un mal posicionamiento en la cancha.

Con este panorama, Colón, con un 5-3-2 ordenado, casi no sufrió sobresaltos, con excepción de un derechazo de Malcorra apenas arriba del arco de Chicco. Además, dispuso de las ocasión más clara, con un remate de Juan Pablo Álvarez que pasó besando el palo izquierdo auriazul, en un trámite de pocas oportunidades de gol en general. Todo sucedió en cámara lenta, con una marcha menos.

La asociación Rodríguez-Campaz se conectó poco y nada, por lo tanto el poderío ofensivo de Central estuvo muy reducido . Al juvenil O’Connor le pesó su primera titularidad, con varias imprecisiones con la pelota, algunas de ellas en zonas de riesgo en el campo. Malcorra estuvo con itermitencias. Con este panorama, Veliz fue fácilmente absorbido por los zagueros sabaleros.

La apuesta de Miguel Ángel Russo dio resultados distintos a lo esperado, por lo que hacer retoques de cara a la segunda mitad era más que necesario. Había que mostrar mostrar una imagen diferente en tres cuartos de cancha en adelante y otra predisposición táctica, decisión para llevar la historia a terreno favorable, salir de la pasividad y pasar a protagonizar el desarrollo.

En el complemento, ya con Infantino en cancha, Central perdió aún más la batalla en el medio. Kevin Ortíz (de flojo rendimiento) solo para recuperar, con su espalda liberada, y el jugador del Sub 20 con dificultades para encontrar su lugar, como casi siempre. El hueco en la zona medular se hizo notar y Colón sacó provecho de eso. Desde ese espacio, Farías tuvo tiempo para decidir la mejor opción, habilitar a Meza y que el lateral fusilara a Broun entrando por el sector derecho para abrir el marcador.

La reacción canalla fue rápida. Martínez se metió en el área con un doble caño y fue derribado por un defensor de la visita (dudsa jugada), Veliz cambió por gol con un buen derechazo al ángulo y todo como al comienzo. Lejos de animarlo, la igualdad al equipo de Russo lo durmió de nuevo, y pasó a depender de que el conjunto de la capital santafesina deciciera erróneamente en los metros finales.

El partido estuvo más para perderlo que ganarlo. La sensación era de inseguridad, Central dejó espacios atrás y en ataque fue inexpresivo. El semblante se pareció al exhibido a cuando juega de visitante. Sin ideas, sin fuerza, demadiado light. Algo a lo que al menos en casa se había desacostumbrado a ver. Para colmo, Giaccone, de lo poco rescatable, se apagó en la segunda parte.

Con empuje, Central trató de torcer en rumbo en los minutos finales. Los cambios entraron tarde y nada pudieron hacer para desnivelar la historia. Así se cerró el trámite. Un empate que aleja del objetivo de estar todavía «discutiendo» el torneo, si lo sostiene en el lote de arriba. Al ser en casa, tiene gusto a poco. Por como fueron las características del asunto, la igualdad termina siendo justa.

El Canalla deberá seguir construyéndose como equipo, al margen de como termine el campeonato. Está claro que al plantel le faltan hombres en puestos clave, como un arquero, un volante central, dos laterales confiables, algún volante de juego más. Hasta tanto, la meta alcanzable pasará por cerrar el certamen en puestos de vanguardia, con los recursos disponibles. El próximo mercado de pases quizás se pueda pretender, acertando en los refuerzos, algo más serio.