Por Enrique Genovar

Rosario Central vapuleó a Racing. El Canalla no sólo le ganó a un equipo de jerarquía, sino que lo hizo jugando el mejor partido del campeonato. Es que más allá de lo cómodo que se vio al equipo de Paolo Montero en cancha de Newell’s, ante la Academia de Avellaneda se vio una versión más mejorada aún.

Ante Racing no hubo puntos bajos. Hilando fino se lo podría poner a Marco Ruben en ese escalón, pero el goleador no está bien del tobillo y por el hecho de que haya jugado sería injusto ubicarlo en ese lugar. Central fue un colectivo que aplastó a su rival de principio de fin.

¿En dónde estuvo la mayor fortaleza? Sin dudas hubo un sector del campo de juego que se destacó y fue la mitad de la cancha. El Canalla contó con una noche inspirada de Washington Camacho, de Gustavo Colman y de Teófilo Gutiérrez, que cuando se tira atrás a buscar la pelota se hace difícil de marcar. También contó con un Mauricio Martínez que hizo el mejor partido desde que llegó. Pero más allá de todo esto, abajo también se lo vio firme y tuvo a Paulo Ferrari que fue un león a la hora de marcar y de salir jugando por su sector.

Central fue un equipo. Un conjunto que no se relajó tras la gran victoria en el Clásico y que ante Racing jugó aún mejor. Este equipo de Montero parece no tener techo. Si bien desde el reinicio, y por lo mal que hizo las cosas en la primera parte del torneo, la tuvo que pelear de atrás hoy es uno de los mejores equipos del campeonato.

El ingreso a la Sudamericana no está asegurado ni mucho menos. Pero de seguir con este nivel el objetivo será posible y los más optimistas se fueron del Gigante diciendo: “Si le ganamos a River vamos a jugar la Libertadores”…