Dos tipos con temperamento, detallistas y fervorosos. Sienten los partidos y se desviven a la hora de que los suyos escuchen una indicación. En ese aspecto, ambos parecen haber nacido para ocupar un lugar en el clásico rosarino. Diego Osella y Paolo Montero. Dos entrenadores que han tenido algún que otro entredicho desde lo extrafutbolístico, van en busca de seguir ensamblando su camino en la Lepra y el Canalla.

La oportunidad es esta. Si hay un partido que deben ganar para terminar de enriquecer dos períodos muy buenos, es el de esta tarde en el Coloso. El derrotado (si es que hay uno) no perderá demasiada imagen, pero sufrirá un porrazo importante con respecto a las aspiraciones de cada equipo.

Desde los micrófonos y con el pizarrón en la mano, ambos prometieron intensidad y remarcaron que para estos partidos, la personalidad juega un rol fundamental. Con nombres propios ideales para salir a buscar el clásico, todo parece indicar que Newell’s y Central se sacarán chispas.

Los dos apuestan por las transiciones rápidas. Conocen sus limitaciones, pero también sus virtudes. Osella sabe que cuando la pelota la tienen los de arriba las chances crecen, y es por eso que la idea es dárselas rápido. Montero, igual: con más variantes en la ofensiva, quiere mucha gente en la zona de definición.

Los dos retocaron la defensa y tienen ofensivas muy peligrosas. Quien se imponga en el mediocampo manejará las acciones, pero a las grandes figuras que ambos poseen, con una sola pelota les alcanza y les sobra para definir un partido. Será un duelo inédito entre Osella y Montero, y el escenario no puede ser más acorde: nada menos que el clásico rosarino.