Lionel Messi nunca se fue, siempre estuvo cerca y la selección argentina lo disfrutó, con una notable actuación. Después de la frustrante derrota en la final de la Copa América Centenario, ante los chilenos, el astro rosarino había renunciado al combinado nacional, pero el operativo clamor de toda la población para que continúe dio buenos resultados.

El hombre que supera todos los récords del fútbol mundial, se volvía a calzar la camiseta celeste y blanca, con la misma pasión de siempre. El pueblo mendocino, se lo demostró en todo momento, desde que el equipo del Patón Bauza, pisó tierras cuyanas.

Como siempre, pero en esta oportunidad con mayor atención, Messi estaba en el centro de la escena. La Pulga, se movió sobre el sector derecho como un media punta y tuvo un contacto permanente con la pelota, se lo veía cómodo en la ubicación que ocupaba en la cancha.

En el primer tiempo, demostró su categoría, encabezando cada ataque argentino. No tuvo la compañía adecuada, porque Di María, Pratto y Dybala, no estuvieron un rendimiento convincente.

A los 42 minutos, volvió a brillar y su remate se desvió en un defensor uruguayo, para que sea gol, que festejó con furia, como un desahogo por el pasado cercano.

También, se vio otro Messi, el capitán con personalidad, para protestarle al juez chileno, Julio Bascuñán, en el momento de la expulsión de Dybala, cuando se moría la primera etapa. Es más, en el complemento, soportó las fuertes golpes de los defensores uruguayos, buscando la máxima sanción que nunca llegó.

Lionel Messi, redondeó una notable actuación, este partido fue distinto, como un volver a empezar con el talento intacto y haciéndose cargo del equipo en todo momento, en una versión con mayor madurez.