Por Pablo Martínez

El elenco de Sanguinetti aprovecha todo lo que tiene, se ha transformado en un equipo compacto, utilitario y que no perdona ni el más mínimo error del rival de turno. El gol tempranero de Sordo le dio tranquilidad y si bien entró en la vorágine que proponía el elenco cordobés, supo defenderse y la faltó efectividad para ganar con mayor holgura, en una victoria que lo acomoda en la Liga y en la tabla para ingresar a una copa continental.

Con más pibes que experiencia, la Lepra volvió a ganar de visitante, con un planteo claro, atacando con rápidas transiciones y defendiendo a «capa y espada» cada ataque del rival, con un sentido solidario en todas las líneas, sin brillar pero con mucha eficiencia a la hora de conseguir resultados satisfactorios.

El 1-0 madrugador le permitió jugar al Rojinegro en su zona de confort, cedió el protagonismo e intentó aprovechar los espacios que le dejaba la T. Esta noche, hubo problemas en el retroceso, Julián Fernández estuvo muy solo en la contención y el dueño de casa ganó la zona media.

Pero antes del descanso llegó la expulsión de Pérez y le facilitó aún más el trámite a los Leprosos. Talleres no se dio por vencido en el complemento y pasó alguna zozobra el arco rosarino, pero Newell’s careció de contundencia en cada contra y hasta desperdició un penal a favor.

El sector defensivo del elenco del parque se destacó, con la solidez de Velázquez y Ditta, más la seguridad del golero Macagno. Ante una paridad notoria en los partidos del fútbol de cabotaje, la Lepra con lo justo y necesario, se impone con claridad.

El Rojinegro trabajó el partido, lo ganó con justicia, tuvo que aguantar hasta el último minuto, tiene claro el libreto y sigue sumando puntos para el futuro.