En un partido envuelto en un clima enrarecido, el Rojinegro no estuvo a la altura de las circunstancias, porque careció de juego y cuando tuvo que meter el golpe de nocaut no supo ni pudo.

Huracán era un manojo de nervios, los hinchas insultaban a los jugadores y dirigentes, y todo era cuesta arriba.

Y Newell’s, en ese contexto favorable, nunca manejó el juego, es más, el Quemero tenía la pelota pero por su propia impotencia no inquietaba.

Y sin querer queriendo, la Lepra se puso en ventaja y el Palacio estaba en llamas, en ese momento no supo liquidarlo.

Encima, antes del descanso, lo igualó el Globo y en el inicio del complemento se quedó con uno menos por la expulsión de Martino.

Párrafo aparte para el árbitro Lobo Medina, que volvió a quedar en el ojo de la tormenta por otro arbitraje nefasto. Porque cuando concluyó el juego, el juez echó a otro hombre de la Lepra (Juan Sforza).

Newell’s mostró una de las peores puestas en escena del torneo, porque enfrentó a un rival muy limitado y no lo pudo superar.