Independiente no pudo sumar la 18ª conquista internacional de su historia porque anoche Gremio lo venció por 5 a 4 en definición por tiros penales, en Porto Alegre, luego de empatar 0 a 0 en los 90 minutos regulares y los 30 suplementarios de la segunda final de la Recopa Sudamericana, que en la ida finalizó 1 a 1 y en el global de ambos enfrentamientos jugó casi la mitad del tiempo con un hombre menos.

La serie venía «picada» desde el partido de ida, cuando promediando el primer tiempo Emmanuel Gigliotti vio la tarjeta roja a instancias del VAR, y esta noche la saga que había comenzado en Avellaneda con el empate en uno se extendió a Porto Alegre.

Independiente empezó con buena fortuna el primer tiempo, ya que a los siete minutos Fernando Amorebieta salvó sobre la línea un remate corto de Everton, que previamente había eludido a Campaña, dejando como es habitual en él la piel al chocar contra el palo derecho.

Y cuando otra vez la mala fortuna y la mala conducta se apoderaron de los destinos de Independiente apenas superados los 40 minutos, instante en que la imprudencia de Amorebieta se pareció mucho a la de Gigliotti y la errónea «avivada» de Domingo le terminó jugando en contra, Holan siguió sin disponer del ex Boca Juniors.

Es que Domingo se le fue encima a Luan tras un planchazo en el pecho de Amorebieta y entonces el brasileño se levantó la camiseta para mostrarle el pecho lastimado al jugador de Independiente, algo que recién entonces advirtió el árbitro Enrique Cáceres, quien decidió apelar al VAR que terminó condenando al ex Athletic de Bilbao.

Ante la inferioridad numérica Holan recurrió a Jorge Figal en lugar de Fernández, cuando bien podría haber pasado a Silva a la zaga central e incluido a Sánchez Miño como lateral izquierdo.

Independiente, con algunos puntos bajos como los mencionados, apenas hizo pie como para llegar a los 90 minutos regulares con el marcador en banco para forzar el alargue, sin advertirse otra aspiración dadas las circunstancias de volver a pelear en desventaja numérica desde el primer tiempo.

Pero esto alcanzó para que sus 4.000 hinchas saltaran u bailaran en las tribunas del imponente Arena do Gremio soñando con otra jornada cargada de épica, esa que impregnó de «mística» su gloriosa historia internacional.

El alargue no cambió nada de lo establecido previamente, y a los seis minutos el local estuvo muy cerca de desnivelar con un cabezazo del ingresado Jael en el travesaño, poniendo, por si hacía falta, blanco sobre negro respecto de lo que fue esta segunda final que tuvo, como para ejemplificar aún más lo acontecido, al delantero Everton como figura del local y al volante de marca Domingo como el más destacado en el visitante.

La historia se definió desde los 12 pasos, donde todos los pateadores convirtieron hasta el último turno de la serie de cinco en que Grohe le contuvo su disparo a Benítez para impedirle a Independiente ganar la 18va. copa internacional de su historia. Esta vez no hubo épica y la Recopa Sudamericana se quedó en Porto Alegre.

Para Independiente, para sus jugadores, quedó el orgullo de haber jugado 100 minutos de los 210 de la serie con un hombre menos ante el campeón de la Libertadores y murió de pie, como manda su historia.