Por José Odisio

Newell’s llega al Clásico revitalizado. No le sobra mucho, es cierto, pero entre la levantada futbolística frente a Huracán y la merma en el rendimiento de Central, en el Parque el ánimo cambió, para mejor.

Osella dijo que no puede pensar lo que sucedió en los Clásicos pasados. No está mal, ya que el DT no tiene porqué cargar una mochila que no es propia. Pero lo que sería un error del entrenador es no analizar los errores que se cometieron. No por casualidad la Lepra arrastra seis Clásicos sin victorias tras el título de 2013. Ese es su karma, si logra superar psicológicamente esa racha adversa, será un paso clave para animarse a ganar.

Formica es una buena idea para encarar el partido con otro argumento, pero necesitará de Maxi, Boyé y del pibe Fertoli y los laterales para que su juego tenga calor. Cáceres-Paz, en cambio, es el punto débil frente a una ofensiva rival que puede lastimar.

«Matar o morir» fue un mensaje indebido. El Clásico nunca debe ser de los violentos. Pero la realidad es que la Lepra tiene una necesidad de triunfo que en los últimos enfrentamientos ante Central lo paralizó. Si logra superar ese bloqueo mental, las chances de ganar estarán. Y lo hará por tener mejores ideas, más ímpetu o por fortuna, no porque alguien lo apretó.