Arabia Saudita pica en punta para convertirse en la sede del Mundial 2034, luego de que Australia decidiera no presentar su postulación, cumplida hoy la fecha límite.

La Football Australia (FA) confirmó su decisión unas horas antes del fin del plazo dispuesto por FIFA, y ahora el país asiático quedó como favorito para organizar la Copa del Mundo, quedando descartada la invitación del máximo organismo del futbol para que Asia y Oceanía presenten sus candidaturas de forma conjunta.

El príncipe Abdulaziz bin Turki bin Faisal, ministro de deportes de Arabia Saudita, dijo que la candidatura a la Copa del Mundo «constituye un paso importante y natural en nuestro viaje como país apasionado por el fútbol», indicó BBC Sports

El presidente de la federación australiana, James Johnson, había señalado que el país estaba «explorando la posibilidad» de 2034, pero hoy el organismo oceánico dijo que centraría las candidaturas para la Copa Asiática Femenina de 2026 y la Copa Mundial de Clubes de 2029.

De esta manera, el Mundial de 2026 se llevará a cabo en Estados Unidos, México y Canadá; en 2030 será en Marruecos, Portugal y España con partidos también en la Argentina, Paraguay y Uruguay; y en 2034, sin ser aún oficial, Arabia Saudita aparece como la sede para el torneo.

A pesar de recibir el apoyo de la Confederación Asiática de Fútbol, Arabia Saudita es visto como un anfitrión controvertido, ya que recibe numerosas críticas por violaciones de los derechos humanos, abusos de los derechos de las mujeres, la criminalización de la homosexualidad, la restricción de la libertad de expresión y la guerra con su vecina Yemen.

Al igual que el torneo del año pasado en Qatar, es casi seguro que la edición de 2034 se celebrará en invierno debido al calor extremo del verano.

La Copa del Mundo en territorio saudita volvería a poner en jaque a la FIFA, ya que la cuestión de cambiar las fechas del torneo empieza otra vez a estar arriba de la mesa.

En cuanto al tema del calor, las temperaturas más altas que en Qatar impiden a priori organizar un Mundial en los meses de junio-julio, y en caso de concretarse se jugará seguramente en noviembre-diciembre.

Eso mismo se hizo en Qatar y trastocó los calendarios de las competiciones domésticas e internacionales de los clubes, con un maratón de partidos que sufrieron los jugadores. Por eso hubo críticas de los futbolistas, de los entrenadores y de los clubes.