Barcelona anunció el cierre definitivo del delfinario del Zoo de la ciudad. De los seis delfines quedan cuatro que serán trasladados próximamente.

“La especie no está amenazada ni en peligro de extinción y, a partir de ahora, trabajaremos para ubicar los seis ejemplares, incluidos los dos cedidos a Valencia, en un lugar idóneo”, manifestó la alcaldesa Ada Colau. Ese traslado se efectuará antes de que acabe el año 2018 y por el momento el Ayuntamiento está evaluando hasta seis posibles ubicaciones para los cetáceos.

En octubre de 2015 los seis delfines dejaron de actuar como animales amaestrados saltando entre aros y removiendo pelotas a cambio de aplausos y sardinas. Se acabaron las acrobacias y con ellas el futuro de los delfines. Dos ejemplares fueron trasladados en septiembre al Oceonografic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. El Zoo de Barcelona siguió las recomendaciones del Programa Europea de Conservación (EPP) y los trasladó para evitar enfermedades y endogamias.

La decisión del cierre del delfinario y de reformular el Zoo de Barcelona ha sido apoyada por diferentes partidos políticos. El concejal del Partido Socialista Dani Mòdol ha destacado que la decisión de suprimir el delfinario “es difícil pero debía tomarse”.