Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron con el teólogo y docente, Gabriel Andrade para profundizar la injerencia de las distintas religiones en la construcción de sentidos.

Cuando existe una crisis mundial de la cultura y de la civilización desaparecen los puntos de referencia colectivos. Es entonces cuando emergen experiencias místicas y religiosas que tienen la función de crear un horizonte de sentido a las personas que perdieron esa referencia. Es una vuelta de lo místico y de lo esotérico como forma de dar sentido a una sociedad inmersa en un mundo que ha perdido sentido.

A partir del control de los medios masivos de comunicación de masas, estas ideas colonizadoras penetraron en nuestros países con contenidos simbólicos de gran narcotización social en nombre de dios ¿Se puede ser cristiano y neoliberal? ¿La religiosidad popular es una creación imperialista? ¿La salvación individual atenta contra el proyecto de dios?

Por un lado, se ha utilizado mucho su mensaje para oprimir, pero por otro está el germen liberador que sigue predicando el evangelio. Jesús predica el evangelio no la Iglesia” enfatizó Andrade.

Con la biblia y «la palabra» se puede corroborar cualquier cosa o hacer todo lo contrario. “Siempre pongo el mismo ejemplo sobre <si te abofetean pone la otra mejilla>, sin explicación parece un acto de sumisión, cuando es exactamente todo lo contrario. Si te quieren humillar por tu fe levántate y ponele la otra mejilla, seguí luchando y mantenete en tu postura” explicó.

En cuanto al surgimiento de nuevos sanadores Andradé reflexionó, «si vas a un sanador y esa visita o <gracia> te sirve para que vos seas actor de tu propia liberación y además te sentis acompañado por esa sanación está perfecto. Ahora, si ese sanador se toma como algo absoluto y mágico; ya te transformaste en un objeto y el sanador en un fetiche y no sirve para nada”.