MIéRCOLES, 27 DE NOV

Memoria ampliada

Es cierto que se recuperó la democracia, pero también es cierto que la economía se desbarrancó sin límites, en un derrotero sin freno y con pocas esperanzas de recuperación.

 

Por Daniel Oscar Siñeriz Griffa

Esta semana nos convoca la memoria al recordar ya 45 años del Golpe Militar. Y nos invita a leer “el pasado en el presente”, como lo indica Carlos Del Frade, para comprender cómo esa etapa histórica ha marcado sustancialmente todo lo que hoy sufrimos como consecuencia trágica en los distintos ámbitos de nuestra vida. Es cierto que se recuperó la democracia, pero también es cierto que la economía se desbarrancó sin límites, en un derrotero sin freno y con pocas esperanzas de recuperación.

Ese era el plan inicial que se sintetiza en la expresión (y vuelvo a citar a Carlos) “matar para robar”. Con la consabida continuidad en democracia, gracias a la conspicua colaboración de los cipayos de turno. Pero también “memoria ampliada” porque el Plan Cóndor sobrevolaba todo el continente.

Es así que en una fecha como la de hoy, pero de 1980, era asesinado en El Salvador, Oscar Arnulfo Romero. Este pastor que sale en defensa del pueblo salvadoreño ante los atropellos del régimen militar, se juega con homilías y discursos encendidos, reclamando Justicia y Vida Digna para su gente. Fue declarado Santo y Mártir el 14 de Octubre de 2018 por el papa Francisco. Comparto dos expresiones de los dos últimos días de su vida.

“Toda solución que queramos dar a una mejor distribución de la tierra, a una mejor administración del dinero en El Salvador, a una organización política acomodada al bien común de los salvadoreños, tendrá que buscarse siempre en el conjunto de la liberación definitiva”.  (23 de marzo 1980).

“El Reino (del Amor, la Vida y la Paz) está ya, misteriosamente presente en nuestra tierra… esta es la esperanza que nos alienta a los cristianos. Sabemos que todo esfuerzo por mejorar una sociedad, sobre todo cuando está tan metida esa injusticia y el pecado, es un esfuerzo que Dios bendice, que Dios quiere, que Dios nos exige”. (Últimas palabras en los instantes previos al asesinato, 24 de marzo de 1980).

Y esta “memoria ampliada” hoy nos interpela para un compromiso solidario y generoso “de igual a igual”.

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