SáBADO, 30 DE NOV

El apagón de Google del lunes pone en jaque la era del teletrabajo

La falla técnica ocurrida en el gigante tecnológico pone en tela de juicio la dependencia de millones de empresas y usuarios de las plataformas digitales.

Son millones los usuarios y empresas de todo el mundo que dependen de Google para comunicarse, organizar su agenda o, más en época de cuarentena, trabajar en línea.

En la mañana del lunes, múltiples servicios de la compañía (Gmail, Youtube, Google Maps o el servicio de almacenamiento en la nube Google Drive) sufrieron una caída de 45 minutos. Este fallo, debido a un problema de almacenamiento interno en el sistema de autenticación, puso de manifiesto la gran dependencia de los gigantes tecnológicos.

No es la primera vez que algo así ocurre. Pero ahora, con el auge el teletrabajo fruto del coronavirus y la etapa de cuarentena, estos accidentes son mucho más graves y evidencian los pormenores del servicio.

Fallos como este ayudan a entender el enorme impacto que tienen los gigantes tecnológicos en el día a día de millones de usuarios y empresas, debido a que muchos artefactos electrónicos dependen de este soporte para su buen funcionamiento.

Este no es el primer fallo que Google sufre este año. En agosto se produjo otra caída global del servicio que la empresa de Mountain View dio por resuelta 13 horas después.

En aquella ocasión, los usuarios no pudieron adjuntar documentos en sus buzones electrónicos de Gmail y experimentaron fallos al realizar videollamadas con Meet o al intentar editar los archivos guardados en Google Drive. Otras compañías como Amazon Web Services, WhatsApp, Facebook o Instagram han sufrido también caídas en 2020.

El impacto de caídas de servicios como Google es hoy más grande que antes de la pandemia. En los últimos 10 años, apenas el 4% de la población española trabajaba desde casa. Pero los confinamientos y las restricciones de movilidad han disparado esa cifra en 2020 hasta el 16,4%, según un estudio publicado en septiembre por Randstad.

Las empresas dependen sobre todo de compañías como Microsoft, Amazon, Salesforce, Slack o Zoom. “Si hace un año hubiéramos estado en una reunión y estos servicios digitales se pararan, habríamos seguido hablando cara a cara. Hoy para mucha gente eso es imposible.

Es muy probable que estas caídas o fallas hagan replantearse a las empresas que adquieren este servicio o tener una plataforma como plan B ante esta situación.

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