SáBADO, 30 DE NOV

A 5 años del acuerdo con Irán, persiste la tensión entre Washington y Teherán

No hay duda de que la cambiante política internacional podría volver a reactualizar los principales puntos de un convenio que en su momento fue respaldado por las principales potencias mundiales.

Cinco años después de que seis potencias mundiales firmarán un acuerdo nuclear con Irán, del que Estados Unidos se retiró con el Gobierno de Donald Trump en mayo de 2018, surge el interrogante sobre si aún es posible restaurar un pacto que contribuyó a la estabilidad de Medio Oriente.

El documento se firmó el 14 de julio de 2015 en Viena, Austria, luego de diez años de intensas negociaciones en las que Irán sostuvo siempre que su programa nuclear estaba elaborado con fines pacíficos.

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Sin embargo, la comunidad internacional nunca le creyó al país persa, especialmente por la presión de Estados Unidos e Israel que consideran a Teherán una amenaza militar en la región.

El llamado Plan de Acción Integral Conjunto (Jcpoa, por sus siglas en inglés) fue firmado por los representantes del Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, China, Francia, Rusia y Reino Unido, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania.

El convenio constituyó uno de los logros de la política exterior del expresidente estadounidense Barack Obama.

El objetivo del Jcpoa era retrasar los planes de Irán para construir una bomba atómica que tanto temor causaba en Israel, principal aliado de Washington en Medio Oriente.

Básicamente, el pacto buscaba limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales impuestas contra ese país por EEUU, la ONU y la Unión Europea (UE).

El acuerdo limitaba durante 10 años la instalación de no más de 5.060 centrifugadoras en la central de Natanz, de las 20.000 que contaba Irán en julio de 2015, según informes de la BBC.

Los iraníes, por otra parte, aceptaron reducir sus reservas de uranio en un 98% hasta 300 kilogramos, manteniendo su nivel de enriquecimiento en 3,67%.

Se estableció, además,que para vigilar y verificar el cumplimiento del acuerdo el Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA) tendría acceso regular a todas las instalaciones nucleares de Irán.

Pero luego de que Estados Unidos se retiró unilateralmente del pacto, el 8 de mayo de 2018, e impuso nuevas sanciones económicas a Irán, cumpliendo una promesa que Trump había hecho antes de llegar a la presidencia, el acuerdo empezó a desintegrarse.

Días después, en su informe trimestral, la OEIA advirtió que Irán seguía respondiendo a las limitaciones impuestas a su programa nuclear, en cuanto a la producción, el almacenamiento de uranio enriquecido y de agua pesada.

Posteriormente, disgustado con la política de Washington, el Gobierno iraní empezó a inclumplir dichos límites impuestos en el compromiso diplomático.

Sin embargo, Alemania, Francia y el Reino Unido han tratado de mantener el pacto mediante mecanismos que compensen en parte las sanciones impuestas a Irán por parte de EE.UU. sobre sus vitales exportaciones petroleras.

El 9 de mayo de 2019, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó en Rumania que «Irán debe permanecer en el acuerdo nuclear», después de que Teherán anunciara la reducción de sus compromisos.

El 11 de enero pasado, tras reunirse en Moscú con el líder ruso Vladimir Putin, la jefa del Gobierno alemán, Angela Merkel afirmó que está de acuerdo en que «debe hacerse todo lo posible para presevar el pacto».

Sin embargo, señaló que «Alemania está convencida de que Irán no debe acceder o tener armas nucleares».

A mediados de junio, el canciller ruso, Serguei Lavrov, respaldó a Teherán ante las criticas de países occidentes y dijo que Moscú «hará todo lo posible para que nadie pueda destruir este acuerdo».

El 30 de junio, durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos pidió que se extienda el embargo de armas contra Irán, pero Rusia y China se opusieron, ya que estos dos países están dispuestos a vender armamento a Teherán.

Irán, por su parte, advirtió que su país dejaría de cumplir con dos partes del acuerdo: la venta de uranio enriquecido y de agua pesada. Pidió, también, al resto del Grupo 5+1 que cumplan con sus compromisos financieros y de aporte de petróleo.

«No queremos abandonar el acuerdo. La sociedad iraní y el mundo entero deberían saber que hoy no es el final del Jcpoa. Se trata de un nuevo paso en el marco» de este convenio, señaló en mayo de 2019 el moderado presidente iraní Hasan Rohani.

Pese a la promesa del jefe de Estado, la Junta de Gobernadores de OIEA expresó recientemente su «grave preocupación» por la falta de cooperación iraní para facilitar el trabajo de los inspectores de desarme en sus plantas nucleares.

A este contexto, se suma el asesinato del influyente general iraní, Qasem Soleimani, llevado a cabo por la Casa Blanca en el Aeropuerto de Bagdad, el 3 de enero pasado, lo que agravó la tensión entre los dos países.

Aun así, no hay duda de que la cambiante política internacional podría volver a reactualizar los principales puntos de un convenio que en su momento fue respaldado por las principales potencias mundiales.

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