MIéRCOLES, 27 DE NOV

Asamblea de trabajadoras en épocas de pandemia

Mediante una plataforma virtual, decenas de mujeres de todo el país se reunieron y realizaron un voceo feminista de la compleja situación actual. “Mujeres, trabajadoras y feministas, pensamos en la necesidad de reunirnos, sorteando así las dificultades que nos imponía el aislamiento”, le dijo a Conclusión la historiadora Laura Pasquali.

Por Gisela Gentile

“Nosotras, trabajadoras nombradas como esenciales somos las que no podemos quedarnos en casa, porque estamos sosteniendo la emergencia sanitaria con nuestros trabajos y nuestros cuerpos. Nosotras, trabajadoras  en los barrios somos las que a pesar de la cuarentena seguimos asistiendo en comedores y merenderos con miedo y cuidado, una mezcla de todo. Pero, tenemos que seguir alimentando a las familias, incluso a más familias que antes se quedaron sin trabajo.        

Nosotras,  trabajadoras estatales, privadas, docentes de todos los sectores -que quedamos en las casas- somos las que sobrecargadas seguimos trabajando y cuidando en jornadas que se hacen interminables. Nosotras, mujeres migrantes y refugiadas, somos las que llegamos a esta pandemia en contextos de demasiada precariedad y vulnerabilidad. A nosotras nadie nos ve ni aplaude. Somos las que no tenemos internet, las que estamos solas con hijes y aisladas. Nosotras, vendedoras ambulantes y artistas en el espacio público somos quienes  quedamos sin ingresos al no poder salir a trabajar en las calles.  Nosotras, trabajadoras de la economía social, solidaria y popular somos quienes hemos sufrido la cancelación de los proyectos productivos  que aportaban a la generación de nuestros ingresos. Nosotras, trabajadoras de casas particulares, cuidadoras y auxiliares de cuidado de niñes y adultes mayores, somos las que dejamos de percibir nuestros salarios porque se supone que recibimos la ayuda del estado”. Fragmento del comunicado <Voceo Asamblea de trabajadoras en tiempos de Pandemia>.

Las voces de las mujeres siguen estando presentes y más poderosas que nunca, si bien el abrazo fraterno y el apretón de manos no fueron posibles por la cuarentena,  la contención y la escucha se hicieron realidad gracias a una asamblea virtual, que reunió a decenas de mujeres a lo ancho y largo de nuestro territorio.

No es nuevo que las consecuencias de las crisis recaigan en mayor medida sobre las mujeres. Nuestros cuerpos se encuentran siempre en la primera línea, soportando los embates de la falta de trabajo, la incertidumbre, las tareas del hogar y bajo este contexto, la posibilidad de tener que convivir en aislamiento con nuestro agresor.

La Asamblea de Trabajadoras en tiempos de Pandemia, fue convocada por la Escuela de feminismo Popular Norita Cortiñas y por la Asociación de Investigadoras de historias de las mujeres y estudios de género (AAIHMEG).

Conforme a como avanzaba la pandemia, el feminismo también hizo su aporte en torno a un contexto complejo que abre un sinfín de aristas. “Mujeres, trabajadoras y feministas pensamos en la necesidad de reunirnos, sorteando así las dificultades  que nos imponía el aislamiento”, le dijo a Conclusión Laura Pasquali, Historiadora e integrante de la formo parte de la AAIHMEG.

La virtualidad sirvió de plataforma para lograr los tan necesarios encuentros, “algunos de los temas fueron los diagnósticos de las distintas situaciones, donde se expusieron diferentes realidades laborales y sociales. Y en segundo lugar, el tema de los trabajos esenciales y de cuidados, que fue una de las preocupaciones que recorrió las voces de las mayorías de las presentes”, indicó.

El feminismo está arraigado a cada una de las acciones que llevamos a cabo cotidianamente, por ello es necesaria esta mirada que potencia las luchas y reivindicaciones conseguidas. “El trabajo informal, el desarrollo del las tareas comunitarias y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) fueron temas recurrentes en la charla. Nos preguntamos de manera conjunta ¿Los derechos laborales de las mujeres y las disidencias quedaron suspendidas por la pandemia?”

Sin dudas son muchas las problemáticas que se vieron profundizadas y agravadas por la cuarentena obligatoria. “La Centralidad de lo abordado, claramente fue lo pertinente a las violencias, tales como denuncias por abuso policial y el incremento de los femicidios”, enfatizó.

Ahora más que nunca resuena y se hace más fuerte la frase “Ahora que estamos juntas”, como símbolo de unión y sororidad. “Entendimos como una fortaleza, que dentro de la tremenda debilidad que significa no poder vernos, abrazarnos y compartir cuerpo a cuerpo lo que nos está pasando, pudimos reunirnos tantas mujeres de todo el país. La posibilidad de la virtualidad hizo que compañeras de muy diversos y lejanos lugares pudiéramos participar de esta asamblea que entendemos, vino para quedarse”, concluyó.

¿Y el feminismo donde está? Preguntaban desde las redes sociales cuando los medios hegemónicos “mal informaban” lo que ocurría con las supuestas “liberaciones masivas” de presos

Claudia Bacci es socióloga de de la Universidad de Buenos Aires, consultada por Conclusión en torno a la  presentación que se realizó desde la “Asociación de Investigadoras de Historias de las Mujeres y Estudios de Género”, profundizó sobre la situación que se presentó en torno a las excarcelaciones y prisiones domiciliarias.

“El escrito lo construimos de manera colectiva desde la comisión de DDHH de la Asociación, integrado por investigadoras de la Universidad del Nordeste, Rosario, Buenos Aires, la Arturo Jaureche, Litoral, La Pampa, La Plata, entre otras. Allí planteamos cuestiones que surgieron en la asamblea virtual de trabajadoras, que convocamos desde la asociación, y de la cual participan muchas personas de distintos espacios gremiales y políticos”.

Desde allí surgieron las preocupaciones centrales que se podrían resumir, “en primer lugar la problemática del hacinamiento y la violencia de las políticas carcelarias, algo que excede al contexto de la pandemia por COVID-19”.

El punto de partida de la desinformación encuentra su núcleo malicioso en los grandes medios de comunicación, que son formadores de opinión según su conveniencia. “La cantidad de noticas falsas que surgieron en torno a las excarcelaciones que no fueron masivas, pero que sí carecieron de una mirada con perspectiva de género y de derechos humanos, fue escandaloso”.

Esto último tiene que ver con las domiciliarias que se otorgaron a personas que habían sido condenadas o estaban imputadas por delitos gravísimos como femicidios, violencia de género y sexual. “Y por otro lado también destacar todas aquellos delitos gravísimos de lesa humanidad. Dos cuestiones que se relacionan estrechamente, ya que algunos de los condenados por delitos de lesa humanidad son también acusados (y algunos pocos condenados) por delitos como violencia sexual, en el marco del genocidio o terrorismo de Estado. Allí se tocan una serie de cuestiones que tienen que ver con una carencia fuerte de perspectiva de género y de DDHH. Por ello, realizamos el planteo de que se cumpla la ley Micaela de formación de los agentes estatales, porque éstas son justamente responsabilidades del Estado. Es este último, quien debe hacer cumplir tantos las leyes de protección contra la violencia contra las mujeres, como así también aquellas medidas de reparación y no repetición hacia las víctimas de terrorismo de Estado”.

El otro punto importante a resaltar surgido del escrito colectivo, tiene que ver con el uso y las reivindicaciones del feminismo en la polémica por las excarcelaciones. “Existió una campaña vía Twitter y otras redes sociales haciendo referencia a ¿dónde están las feministas ahora?, como dando a entender que no estábamos cuando se liberan a los violadores. En torno a esto, los feminismos han expresado su preocupación por la problemática de hacinamiento y la violencia institucional,  desde hace tiempo. Una de las cuestiones que surge constantemente, y que también volvió a plantearse en la asamblea de trabajadoras, tuvo que ver con la situación de las mujeres con niños pequeños, embarazadas, travestis, trans que se encuentran en situación de encierro por delitos leves como narcomenudeo y hurto entre otros”, sostuvo.

En este sentido vienen denunciando que, “la institución de la justicia, los jueces y fiscales han sido y son muy reticentes a otorgarles el beneficio de prisiones domiciliarias, mucho antes de que se declarara esta pandemia; incluso ahora que la misma golpea las puertas de los penales, los jueces se niegan rápidamente a otorgarles las domiciliarias. Otra preocupación, es el modo que la justicia trata los crímenes relacionados a la violencia de género, sexual y femicidios, abordándolos con una gran pereza y con una perspectiva bastante <miope> en relación a los efectos, que esa violencia tiene en nuestra sociedad. El femicidio, es el único delito que no descendió en la cuarentena, esto debe hacernos reflexionar y sobre todo poner la mirada en cómo la institución de la justicia observa estos delitos, hace cumplir las leyes y cómo aplica aquellas disposiciones que nos protegen a las mujeres, pero incluyendo también aquellas que están en condición de encierro”, concluyó.

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