SáBADO, 30 DE NOV

Colonia del Sacramento

Un barrio histórico patrimonio de la humanidad, lugares magníficos, grandes playas, donde la magia está en el aire.

Por Hernán Cabrera

 

Colonia del Sacramento es uno de los más importantes referentes turísticos del Uruguay, recibiendo miles de visitantes durante el año. A tan sólo una hora de Buenos Aires por barco, y a dos horas de Montevideo por carretera, Colonia del Sacramento es un remanso donde el visitante se encuentra con la cultura, la historia y la magia de un destino ineludible en el Río de la Plata. El encanto de la ciudad está vinculado a la particularidad de su historia.

Fundada en 1680 por el portugués Manuel Lobo, la ciudad pasó de dominio portugués a dominio español varias veces, hasta la Declaratoria de Independencia de la Banda Oriental en 1825. Estos sucesos hicieron del Casco Histórico de la capital coloniense un crisol de estilos arquitectónicos y urbanísticos en el que conviven estilos coloniales típicamente portugueses y viviendas de porte español.

El Casco Histórico de Colonia del Sacramento, declarado Patrimonio Mundial por UNESCO en 1995, atrae a turistas de todo el mundo y es escenario de innumerables producciones fotográficas que buscan captar la magia del lugar.

Caminar por sus empedradas e irregulares calles permite rememorar la historia, y disfrutar de un paisaje único con vistas privilegiadas del Río de la Plata.La enigmática Calle de los Suspiros, pavimentada con piedras de cuña, posee un encanto único, capaz de transportar al visitante a un mundo de ensueño.

Una visita guiada por el Casco Histórico de Colonia del Sacramento permite sumergirse en la historia y acercarse al rico legado cultural de la ciudad. Museos, teatro, arte, artesanías y una buena gastronomía complementan un abanico de posibilidades para el visitante. Además, la ciudad ofrece al visitante una vasta oferta hotelera de calidad, con opciones que van desde cadenas de hoteles internacionales a las típicas posadas, alojadas en antiguas casas coloniales, así como una gran variedad de alegres y pintorescos restaurantes.

Siguiendo por la rambla de la ciudad, paseo que muchos eligen hacer en bicicleta, se llega al Real de San Carlos, antiguo enclave militar español. Allí se encuentra la iglesia de San Benito, con su imagen de santo negro, y el emprendimiento de Nicolás Mihanovich, que a comienzos del siglo XX desarrolló en este lugar un complejo turístico al gusto de la época y que actualmente posee su principal ícono en la Plaza de Toros.

 

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