MARTES, 26 DE NOV

Vuelve a Rosario la obra de teatro «Victoria», dirigida por Fabián Vena

Con la actuación de los rosarinos Puli Rainero y Oscar Mori, la atrapante comedia dramática de Susana Gutiérrez Posse será interpretada los domingos 8, 15 y 22 de marzo a las 20 en la céntrica Sala Tandava.

 

Durante los domingos de marzo, volverá a exhibirse en Rosario la obra de teatro Victoria, con la dirección y puesta en escena del reconocido Fabián Vena.

Con las actuaciones de los rosarinos Puli Rainero y Oscar Mori, la comedia dramática de Susana Gutiérrez Posse será interpretada los domingos 8, 15 y 22 de marzo a las 20 en la Sala Tandava (9 de Julio  754), con reservas al número 3416128473 y una promoción 2×1 para la primera función.

La pieza de la dramaturga Gutiérrez Posse es una comedia dramática atrapante que narra el encuentro entre un padre con su hija de treinta años que nunca conoció.

La hija no reconocida, que según sus propias palabras nunca pudo sentirse como mujer sino como un fantasma de su padre, es esa Victoria habitada por el agujero de la “ausencia paterna” construyendo una identidad difusa, sin fronteras, atravesada por el abandono, el dolor y el recuerdo de su madre.

«Si bien los orígenes del texto que trabajamos se remontan al realismo, el naturalismo nos invade aún más. Nuestra propuesta persigue, mediante el soporte primordialmente actoral, acercar al espectador una serie de situaciones familiares entrañables y difíciles, capaces de ofrecer modelos de identificación posibles más allá de los relatos personales del dramaturgo. Queremos decir que la puesta en escena, despojada y sugerente de un hotel de mala muerte de la actualidad, no pretende reflejar contextos de manera fiel sino apoyar lo que el elenco considera relevante: el juego de interacciones humanas que acontece alrededor de la figura convocante de dos personajes, pero sobre todo de uno de ellos, Victoria», aseguró Fabián Vena sobre la puesta en escena.

«Uno de los propósitos, tanto dramatúrgicos como actorales, ha sido que cada personaje pudiera experimentar en tramos breves varios estados emocionales a fin de que la índole genérica de la obra resultara ambigua. Puede decirse que los dispositivos de las partituras actorales promueven la convivencia de la ternura, la angustia, la tristeza, la alegría, lo patético, lo ridículo, entre otras sensaciones, que recorren la vida ficcional a modo de muestrario de la contradicción humana», continuó el actor y director.

 

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