SáBADO, 30 DE NOV

Agarrate Catalina: “Carnaval es nuestra cuna, casa y tumba”

La murga uruguaya llega a Rosario con un espectáculo "muy murguero, humorístico y lleno de caricaturas", como anticipó a Conclusión Yamandú Cardozo, director responsable del conjunto.

 

La murga uruguaya Agarrate Catalina presentará en Rosario su espectáculo “Defensores de Causas Perdidas” el próximo sábado 2 de noviembre a las 21.30 en el Teatro El Círculo (Laprida y Mendoza).

La murga se encuentra realizando una gira por Argentina y en esta oportunidad desembarcará en la ciudad con un espectáculo que, después de siete años de ausencia, los llevó nuevamente a los tablados de Montevideo, en el marco del Carnaval Oficial.

A pesar de que el mundo diga lo contrario, La Catalina presenta en el escenario a un extravagante grupo de personas que decide formar una asociación para defender las causas perdidas.

Conclusión dialogó con el director responsable de la murga, Yamandú Cardozo, quien anticipó que los argentinos se sentirán representados con el espectáculo y, además, se refirió a su retorno al Carnaval y a la situación socio-política de América Latina.

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– ¿De qué se trata “Defensores de Causas Perdidas?

-Es un espectáculo de Agarrate Catalina que vuelve a una parte más tradicional y más murguera. Veníamos de las Cantarolas y de Un día de Julio, que eran espectáculos que tenían otras libertades, elementos estéticos y discursos artísticos que no están tan relacionados a la murga pero que descubrimos que le quedaban re lindos. Este espectáculo es menos experimental desde ese lado pero tiene un formato más murguero. Es muy murguero en su musicalidad y en el ejercicio de la caricatura, es muy humorístico, tiene una puesta distinta a lo que es La Catalina en cuanto color. Es súper colorido, súper carnavalero. El espectáculo va a terminar con casi 200 funciones este año, está muy aceitado pero muy vivo y muy actual. Creo que además va a representar mucho a los argentinos. Seguro que van a encontrar una cantidad de elementos en esas caricaturas y habrá situaciones de humor en las que se van a ver reflejados.

-¿Cómo encontraron al Carnaval de Uruguay después de años de ausencia?

-Hacía siete años que no estábamos en Carnaval. En ese tiempo yo no sé si tenía WhatsApp, o si estaba tan masificada la comunicación a través de Instagram. Entonces para carnaval, que es un medio de comunicación horizontal, democrático y barrial, nos preguntábamos cómo se iba a relacionar nuestra forma de hacer un editorial popular en un mundo completamente distinto, que conlleva a un carnaval completamente distinto del que nos habíamos separado físicamente desde hacía siete años. Queríamos saber cómo estaba el vínculo con la gente directamente sentido y vivido en los barrios, en los tablados, el cual, más allá del concurso, extrañábamos mucho. Por suerte encontramos un vínculo re sano, que estaba súper vivo, más fuerte que nunca, frondoso y nos reafirmó que Carnaval es nuestra cuna, casa y tumba. Somos carnavaleros, murgistas y este género maravilloso nos ha cambiado la vida y siempre vamos a querer estar cerca.

– Agarrate Catalina es una murga que desde sus comienzos, en 2004, incluyó a las cuestiones políticas en su agenda. ¿Cómo ves la actualidad socio-política de América Latina y de Uruguay?

Yamandú Cardozo

-Somos un continente saqueado desde hace quinientos años para acá, castigado por el colonialismo y por este neocolonialismo. Somos un cúmulo de pueblos que han sido sometidos, ultrajados, robados y saqueados. Tenemos cicatrices enormes que nos recorren desde el extremo norte hasta Tierra del Fuego y desde el Pacífico al Atlántico. Hoy tenemos un contexto que es bisnieto de ese pueblo sometido y de recursos arrebatados. Es un contexto de profunda desigualdad y de abismos entre las pocas personas que acumulan cada vez más riquezas y la enorme cantidad de gente -que cada vez es más grande- que tienen menos posibilidades. Si no emparejamos el inicio de la carrera, si no empatizamos, si no entendemos que hay gente que la está pasando súper mal, si barremos todo bajo la alfombra de los números maravillosos y milagrosos de la prosperidad económica y si no acompañamos esa prosperidad con ingresos y salarios que sean de dignidad y cada vez más inclusión, estamos fritos y esa alfombra va a detonar como está pasando en Chile, donde hay una cosa fundamental que es un pueblo despertando y queriendo igualar las cosas como puede. Con las elecciones nacionales en Uruguay no estoy muy contento. Siempre separamos nuestro arte de la operación política partidaria. Nuestro arte tiene nuestro manifiesto de voluntades, nuestra intencionalidad política y nuestra preocupación humanística, pero lo dejamos siempre al margen. No somos el brazo artístico de ningún movimiento político, por más que yo salgo con mis banderas, las muestro y las cargo con mucho orgullo. Como frenteamplista y como izquierdista me quedé bastante triste por el resultado de las elecciones. Hay dos modelos de país que son una visión general del mundo, uno es un proyecto que se ha preocupado -con enormes errores y aprendizajes- por emparejar la carrera y que todos salgan con el mismo punto de partida. Y hay otro proyecto que vuelve a estar en manos de las mismas familias que son duelas del Uruguay desde hace muchísimo tiempo y que se han preocupado de mantener sus privilegios en lugar de hacer un país inclusivo. De todo, lo importante es que lo va a decidir el pueblo, libre, sin ninguna sospecha de fraude de ningún partido, con banderas de todos colores conviviendo por las calles y haciendo ejercicio de una cosa que nos ha costado muchísimo a nuestros pueblos que es la libertad.

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-Este año la lucha feminista llegó al Carnaval y las artistas se manifestaron pidiendo más presencia de mujeres en las murgas, ¿cómo ven esta batalla?

-Es una batalla fundamental y la acompañamos con todo lo que tenemos y con todo lo que somos. La murga es un género que resulta machista, si hoy estamos en un mundo tremendamente machista y patriarcal, imaginate la Montevideo de 1900, era una porquería desde ese punto de vista, entonces la murga no podía ser menos que eso. Desde hace algunos años hay mujeres que están venciendo los prejuicios y exclusión. Dos de ellas -y en un momento fueron cuatro- son de La Catalina, y sus compañeros varones estamos muy orgullosos de su lucha, de su talento, de su tamaño artístico y de que en esta casa hayamos tenido todos el mismo voto y la misma valía arriba y abajo del escenario. Falta un montón, hay muchas cosas para hacer pero La Catalina, al lado de tantas murgas emblemáticas, fue el primer conjunto que después de tantísimos años ganó el concurso con tres mujeres. Estas chiquilinas se han comido el discurso horrible desde el conservadurismo que decía que “las murgas con mujeres no son murgas”. Y yo les diría que sí, que las murgas con mujeres son murgas, son re murgas, y también les diría que sin mujeres hoy La Catalina no sería La Catalina ni de lejos.

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