MIéRCOLES, 27 DE NOV

Filmus presentó proyecto que prohíbe el uso del cigarrillo electrónico en lugares cerrados

La polémica es muy fuerte, hay provincias que impulsan una modificación de la ley de prevención y control del tabaquismo, que incluya expresamente la prohibición de la comercialización de cigarrillos electrónicos en todas sus variantes, incluidos los vapeadores.

El diputado nacional Daniel Filmus impulsa una iniciativa que modifica la Ley 26.687 de Regulación, Publicidad y Consumo de Productos elaborados con Tabaco, para establecer la prohibición del consumo de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado (PTC) en lugares cerrados de acceso público.

El legislador del Frente para la Victoria, explicó que la reforma al cuerpo normativo vigente tiene como finalidad “proteger a la población de los nuevos productos asociados al tabaco que en los últimos años han aparecido en el mercado”.

La propuesta se inicio con un pedido de organizaciones no gubernamentales especializadas en la temática y de integrantes de la comunidad médica que vienen advirtiendo sobre el creciente número de casos de enfermedades respiratorias graves asociadas al consumo de estos productos, fundamentalmente entre los jóvenes.

Distintos estudios establecieron que  hay otras sustancias que se añaden a los vapeadores para que su uso sea atractivo para los más chicos, como colorantes o saborizantes. Eso ha contribuido a desarrollar el hábito de la inhalación. En algunos casos, también se han incluido componentes psicoactivos (como los relacionados con el cannabis) para provocar otros efectos.

En 2011 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) emitió una disposición para evitar su importación, distribución y comercialización. Además, en 2016 volvió a revisar la evidencia y ratificó que no tiene carácter de tratamiento.

Si bien los cigarrillos electrónicos se encuentran incluidos en la reglamentación de la norma vigente como productos asociados al tabaco, el avance de esta tecnología “requiere incluirlo formalmente como producto de tabaco para garantizar una correcta implementación de la normativa”, sostuvo Filmus.

El texto también hace hincapié en la prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de los nuevos productos para adaptar nuestra legislación a los estándares internacionales. Se considera que instan a la compra compulsiva y transmiten la idea de que el consumo de tabaco es algo normal y socialmente aceptable, al mismo tiempo que debilitan las campañas de salud pública al desacreditar las advertencias sobre las consecuencias del tabaco para la salud.

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