JUEVES, 28 DE NOV

Algo huele mal en barrio Puente Gallego y alrededores

La contaminación proveniente de empresas enclavadas en la localidad de Piñero, alertó a un importante número de vecinos que decidió salir a visibilizar su calvario diario. “La calidad de vida se degrada cotidianamente en este lugar”, le dijo a Conclusión Carina Ríos.

Por Alejandro Maidana

Se repite el guión, la película es la misma y los actores cambian de papel al igual que de escenografía. El director sigue convencido que pese a lo explícito de este drama, el público seguirá sumergido en la ficción que le ofrecen las grandes pantallas. Allí se consolida su tranquilidad, tiene la certeza que serán muy pocos aquellos que aceptarán hacerse carne de la entretela de una serie de historias que alterarán con seguridad su sensibilidad.

La realidad es demoledora, el desprecio evidenciado en las deleznables acciones humanas, dejan al desnudo una vez más que el peor enemigo del hombre, sigue siendo el hombre. A lo largo y ancho del país, la desidia del privado encuentra cobijo en la inacción estatal que no deja de construir falaces argumentos, mientras la tierra, el agua, el aire, y por ende nuestra raza, son puestas en jaque por los miserables intereses de un pocos.

Vecinalistas de Puente Gallego, Tío Rolo y Las Flores, han realizado una denuncia por contaminación industrial y vertido de tóxicos en el arroyo Saladillo (a la altura de Ovidio Lagos y Ruta N° 18), cuadro de situación que está afectando su salud y la de los animales.

Desde hace varias semanas, este importante grupo de vecinos y vecinas, ha potenciado su preocupación debido a los penetrantes olores que emana el arroyo Saladillo. En un principio pensaron en un posible escape de gas, lo cual se desestimó luego de una inspección de Litoral GAS. Pero con el transcurso de los días, también notaron que el curso de agua que atraviesa la zona y desemboca en el Saladillo, presentaba desechos arrojados por empresas instaladas en la zona de Piñero.

Carina Ríos es vecina del lugar, y en diálogo con Conclusión disparó: “Nosotros vivimos en el límite de la ciudad, pertenecemos al distrito sudoeste, y estamos muy cerca de la localidad de Piñero. Cabe destacar que el señor Walter Carenzo es el presidente comunal del pueblo, y en los últimos 10 años ha traído una serie de industrias relacionados a productos químicos, agroquímicos y venenos. Junto a estas empresas, tenemos que sumar una de baterías que llega desde Coronel Domínguez”.

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Todo apuntaría a que el calvario ambiental que están viviendo los habitantes de los barrios antes mencionados, tendría una íntima relación con el accionar de estas empresas. “Tanto Gear como la empresa de baterías, estarían descargando sus desechos en el desagüe pluvial que está a la vera de la Ruta 18, y el mismo traslada estas pestilencias al Arroyo Saladillo”.

Según narran los vecinos, genera un impacto mayúsculo contemplar el momento en que estos fluidos químicos chocan con el agua salada generando gases que afectan considerablemente la vista, hace dificultosa la respiración, provocando también mareos y vómitos. “Hubo vecinos que tuvieron que llevar de urgencia a sus hijos al Hospital Vilela, allí los facultativos médicos argumentaron que el cuadro que presentaban estaba relacionado a la inhalación de gases tóxicos. Les recomendaron que se mantengan alejados de ese lugar, lo que es un imposible, ya que el barrio Puente Gallego se fundó al lado del Arroyo, el balneario Los Ángeles en su momento fue la Florida rosarina”.

Todas las denuncias apuntan a la inacción y complicidad del presidente comunal de Piñero Walter Carenzo, “necesitamos que la provincia intervenga de manera inmediata ya que la situación se torna insostenible y la máxima autoridad política del pueblo en cuestión, no brinda respuesta alguna ni se hace cargo de este flagelo”, enfatizó Carina Ríos.

La decisión política tomada en Coronel Domínguez, es un ejemplo de lo que debería suceder en Piñero para poder recuperar la calidad de vida cercenada. “Allí se decidió que la fábrica de baterías no podía continuar en funciones, ya que la mayoría de los habitantes de ese lugar tenían plomo en sangre. A esto habría que sumarle un combo de enfermedades que tienen íntima relación con la contaminación que proviene de este tipo de empresas. Queremos que las mismas dejen de operar en el lugar, el casco urbano de Piñero se encuentra alejado de la manifestación más virulenta de esta problemática, pero somos nosotros los damnificados máximos”, dijo quién integra la Vecinal Sargento Cabral de Puente Gallegos.

Los animales son las víctimas silenciosas de este ecocidio que siembra muerte a cada paso. “Los mismos toman el agua del arroyo y mueren. Un ejemplo notable es lo sucedido con una yegua, ésta mal parió un potrillo, lo expulsó de manera repentina observándose en el mismo una malformación manifiesta y la falta de pelos, todo esto tiene su anclaje en la calidad de agua que beben”.

La importancia de incrementar el número de denunciantes, es menester a la hora de poder unificar voces de lucha y resistencia para desnudar tamaña manifestación de desidia. “Se han sumado vecinos de Piñero y de otras localidades, entendemos que esto atraviesa distintas poblaciones y el fin último nos hermana”.

El negocio por sobre el derecho a una vida saludable, los intereses personales por sobre los derechos humanos de las mayorías. Una constante que se repite a lo largo y ancho del país, pequeñas poblaciones contemplando con impertérritos ojos, como desembarcan empresas contaminadoras que suelen perseguir una lógica, quiénes la administran, no moran en el lugar, todo un mensaje subliminal.

“El presidente comunal de Piñero lleva muchísimos años ininterrumpidos en el poder, algo que lo habilita de sobremanera a tomar decisiones de manera personal y a espaldas de la gente. Es por eso que necesitamos no solo de los medios de comunicación para visibilizar esto, sino también del Ministerio de Medio Ambiente de la provincia, nos están envenenando”, concluyó.

 

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