SáBADO, 30 DE NOV

Donald Trump acusó a China de querer interferir en las elecciones legislativas de EEUU

El presidente norteamericano dijo que el gigante oriental trata de impactar sobre los comicios “atacando” a sus agricultores y trabajadores industriales por su lealtad hacia él, a raíz de la imposición de aranceles a sus productos.

El presidente Donald Trump acusó a China de querer interferir en las elecciones legislativas al atacar a granjeros y trabajadores estadounidenses en la guerra comercial entre las mayores economías del mundo.

Las acusaciones de interferencia electoral se sumaron a un panorama ya cargado tras el anuncio el lunes de que Estados Unidos impondrá nuevos aranceles a las importaciones desde China por 200.000 millones de dólares, a los que Pekín respondió con 60.000 millones de dólares anuales en «represalia».

Pero Trump, en un momento en que el partido Republicano teme perder escaños en las legislativas de noviembre, cree que China está llevando las retaliaciones a la arena política.

Este tema adquiere un cariz aún más sensible después de las acusaciones de que Rusia interfirió en las elecciones que llevaron a la sorpresiva elección del multimillonario en 2016.

«China ha declarado abiertamente que están tratando activamente de impactar y de cambiar nuestras elecciones atacando a nuestros agricultores y trabajadores industriales por su lealtad a mí», escribió Trump en Twitter.

«China ha estado aprovechándose de Estados Unidos en materia comercial durante muchos años. Ellos también saben que yo soy quien sabe como detener esto», agregó el presidente estadounidense.

En medio de la escalada de aranceles, Trump lanzó una última advertencia.

«Va a haber una retaliación inmensa y rápida contra China si nuestros agricultores, rancheros y/o trabajadores industriales son golpeados», dijo.

La anterior salva de gravámenes que impuso China golpeó de lleno a la producción agropecuaria de Estados Unidos, con aranceles para la carne de cerdo y la soja, producidos en estados como Illinois, Kansas y Minnesota, que están en juego en las legislativas de noviembre.

Según las últimas encuestas realizadas por NBC News/Marist la guerra comercial, un pilar de la política de Trump, es algo impopular en seis estados clave: Illinois, Indiana, Missouri, Pensilvania, Tennessee y Texas.

Patear el tablero

Trump aumentó la presión sobre Pekín con una nueva salva de aranceles que entrará en vigor el 24 de septiembre tras la cual casi la mitad de los bienes chinos serán cargados con tasas, lo cual encarece de forma instantánea los precios para las empresas y los consumidores.

El presidente estadounidense cree que la reformulación del tablero comercial internacional debería haber sido hecha hace tiempo y su promesa de atacar a China en este sentido fue clave en las elecciones.

«Durante meses hemos urgido a que China cambie estas prácticas injustas y que dé un trato justo y recíproco a las empresas estadounidenses», dijo Trump en un comunicado.

«Estas prácticas constituyen claramente una grave amenaza a la salud y prosperidad a largo plazo de la economía de Estados Unidos», dijo.

La primera fase del 24 de septiembre hasta el final del año impondrá una tasa del 10% a las importaciones provenientes de China, que después saltará al 25%, para dar tiempo a las empresas a buscar soluciones.

El presidente estadounidense también amenazó con gravar a casi todos los bienes importados de China, aumentando los aranceles a 265.000 millones de dólares por año.

Estados Unidos importa cerca de 500.000 millones de dólares desde China y exporta 130.000 millones en bienes.

A medida que Trump ha lanzado querellas comerciales con sus socios, China, Canadá, México y la Unión Europea han respondido y han elegido áreas sensibles para Trump y sus seguidores, como la soja, el bourbon y los vaqueros estadounidenses para la réplica.

Indultan a los relojes inteligentes

La nueva salva de aranceles anunciada el lunes por Trump afecta a una amplia gama de productos, incluyendo los receptores de voz digitales chinos, los módulos de memoria informática, los procesadores y el equipamiento de oficina como fotocopiadoras.

Entre los productos excluidos de los nuevos aranceles están dispositivos electrónicos como relojes inteligentes y aparatos de bluetooth, productos para niños como las sillas de coche y alzadores, así como algunos bienes relacionados con la salud como los cascos de bicicleta, los guantes de plástico y de caucho y el papel sanitario de uso hospitalario.

Las autoridades estadounidenses insistieron en que la puesta en marcha escalonada va a dar tiempo a las empresas para encontrar nuevos proveedores.

Esto podría aliviar el golpe para los consumidores y la industria antes de las elecciones de noviembre.

El Tesoro estadounidense advirtió en varias ocasiones que la mayor amenaza para el crecimiento económico estadounidense era una guerra comercial.

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