El juez Moro ordenó detener a Lula
El juez brasileño Sérgio Moro ordenó hoy la captura del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, se informó oficialmente. Tiene plazo hasta mañana a las 17 para entregarse.
- Internacionales
- Abr 5, 2018
El juez brasileño Sergio Moro emitió este jueves una orden de prisión contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a 12 años y un mes de cárcel por corrupción.
El magistrado, emblema de la operación Lava Jato, indicó en su decisión que le concede a Lula, «en consideración de la dignidad del cargo que ocupó», la oportunidad de presentarse voluntariamente ante la Policía Federal de Curitiba antes de mañana viernes a las 17
Prohibió además «la utilización de esposas en cualquier hipótesis».
La decisión llega menos de 24 horas después de que la corte suprema de Brasil rechazara un recurso del líder de la izquierda para recurrir su sentencia en libertad ante tribunales superiores.
La defensa de Lula no se manifestó de inmediato tras la orden de arresto de Moro, pero más temprano el abogado Cristiano Zanin Martins había declarado a periodistas que no trabajaban «con la hipótesis de la prisión» inmediata.
El ex líder sindical de 72 años, favorito en las encuestas para las elecciones de octubre, fue condenado por haber recibido un apartamento de lujo de una constructora involucrada en el escándalo de Petrobras.
Implicado en otros seis procesos judiciales, el ex mandatario niega todas las acusaciones y las considera parte de un complot de las élites para que no pueda volver al poder después de haber dejado el cargo en 2010 como el presidente más popular de la historia reciente de Brasil.
Lula sereno pese a estar «cerca» de la carcel
El ex presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva asumió con serenidad la decisión de la corte suprema que lo acercó a la cárcel por corrupción y agitó el tablero político a seis meses de las elecciones de octubre, en las cuales el líder de la izquierda es favorito.
«El presidente está bien, sereno, con la consciencia tranquila de los inocentes», aseguró este jueves Gleisi Hoffmann, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), desde el Instituto Lula, donde el ex mandatario (2003-2010) se reunió a puerta cerrada con dirigentes de su partido y abogados.
El ex líder sindical de 72 años, cuya figura divide profundamente a Brasil entre quienes lo ven como el héroe de los pobres o el jefe del megaesquema corrupto que azota al país, aún no ha reaccionado al fallo emitido de madrugada por el Supremo Tribunal Federal (STF).
Pero se espera que lo haga el viernes en un acto multitudinario convocado por el PT en Sao Bernardo do Campo, un municipio del cinturón industrial de Sao Paulo donde este nordestino criado en una familia humilde creció como obrero metalúrgico.
Lula podría ser detenido a partir de la próxima semana, una vez que agote sus últimos recursos legales formales, para purgar su condena a 12 años y un mes de cárcel por haber recibido un apartamento de lujo de una constructora involucrada en el escándalo de Petrobras.
Esta sería «una prisión política que vulnera la presunción de inocencia» y que, de concretarse, mostraría a Brasil como una «republiqueta bananera», afirmó Hoffmann.
Implicado en otros seis procesos judiciales, el ex mandatario niega todas las acusaciones y las considera parte de un complot de las élites para que no pueda volver al poder después de haber dejado el cargo en 2010 como el presidente más popular de la historia reciente de Brasil.
El PT ha cerrado filas con su líder asegurando que defenderá «hasta las últimas consecuencias» su candidatura
¿Candidato entre rejas?
Lula podría hacer precampaña desde la cárcel, ya que su postulación solo debería ser invalidada en agosto por la justicia electoral, que impide participar en comicios a personas condenadas en segunda instancia, como es su caso desde enero.
«La principal cuestión es saber lo que el fallo [del STF] significa para las elecciones. No está claro a dónde irán los votos de Lula. Pero vale la pena apuntar que Lula tendrá probablemente más dificultades en transferir sus votos a un candidato de izquierda desde la cárcel que si estuviera en actos de campaña», escribió la consultora Capital Economics en una nota de análisis.
«Pero lo más importante es que incluso con Lula fuera de la carrera, los candidatos promercado aún están a la zaga en las encuestas», agregó.
Los mercados celebraron sin euforia el golpe asestado a quien tiene de 36% a 38% de intenciones de voto, el doble prácticamente del segundo colocado, el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, según una encuesta Datafolha de fines de enero.
Lula pretendía conservar su libertad hasta agotar los cuatro grados del sistema jurídico brasileño, pero con un apretado resultado de 6 a 5, los jueces del STF rechazaron su recurso.
Sus abogados prometieron elevar el caso a instancias superiores con «la firme expectativa que esta condena sea revertida».
Pero para los fiscales y jueces de Lava Jato -la operación que desde hace cuatro años viene revelando una gigantesca trama de sobornos- la inminente encarcelación de Lula es un golpe ejemplar contra la corrupción.
Lava Jato tiene en la mira a políticos de todas las tendencias, incluyendo el presidente conservador Michel Temer y varios de sus principales ministros y aliados.
Temer, que asumió el poder en 2016 tras el impeachment contra la delfina de Lula, Dilma Rousseff, anunció recientemente su intención de presentarse a las elecciones.
El mandatario reivindica la reactivación económica después de dos años de recesión, pero su popularidad sigue por los suelos: una encuesta Ibope publicada este jueves la sitúa en 5%.
Elecciones inciertas
Con el PT que puede verse forzado a cambiar de candidato a último momento, los comicios de octubre se prevén como los más inciertos desde la restauración de la democracia en 1985.
«Si Lula fuera candidato, estaría en el segundo turno de las elecciones. Si queda fuera, el juego queda abierto y el candidato con mayor preferencia pasa a ser Bolsonaro, con un 21% de preferencia, y otros candidatos en torno al 10%. Entonces, el segundo turno pasa a estar abierto», dijo a la AFP Michael Mohallem, analista de la Fundación Getulio Vargas en Rio de Janeiro.
Bolsonaro enfocó rápidamente su mirada este jueves hacia las elecciones.
«Brasil marcó un gol contra la impunidad y la corrupción, pero fue apenas un gol, el enemigo aún no está eliminado», afirmó el excapitán en un video colgado en Youtube.
«Tenemos que elegir este año un presidente de la República, hombre o mujer, que sea honesto, tenga a Dios en el corazón y sea un patriota que encare con seriedad los problemas de Brasil», agregó este nostálgico de la dictadura militar, que aboga por ampliar el porte de armas en Brasil.
Foto portada: AFP PHOTO / Heuler Andrey