MIéRCOLES, 27 DE NOV

Aborto no punible: testimonios importantes que aportan al debate

Tanto los Centros de Salud como los hospitales de la ciudad, cuentan con consejerías sobre el tema. Conclusión recabó información de suma valía sobre la interrupción del embarazo.

Por Gisela Gentile

En las últimas semanas muchas han sido las veces que escuchamos la palabra aborto. En los medios de comunicación se ha colocado el tema pero no siempre se trata con profundidad. ¿Será que muchos piensan que legalizarlo lo transformará en obligatorio? ¿Qué será algo compulsivo? ¿Qué todas las mujeres saldrán a practicarse una intervención o tomar pastillas?

Pues no, a las claras está que es de fundamental necesidad poder debatir sobre salud y políticas públicas ya que cada año mueren mcuhas mujeres en prácticas autoinducidas. Existen estadísticas del sector dependiente del Estado pero no así del ámbito privado. También pudiendo destacar que según la zona de nuestro país y la condición socioeconómica se registran más o menos muertes por abortos clandestinos.

A las claras está que la problemática está en ascenso y cada vez son más los países que deciden legalizar el aborto, en la Argentina es un debate que se pospone y se dilata con el pasar de los diferentes gobiernos. Pese a esto, hubo algunos avances en torno a este tema,  en el 2012 la provincia de Santa Fe al igual que otras provincias, por intermedio de la Resolución Nº 612 del Ministerio de Salud, adhirió y adoptó la guía técnica para la atención integral de abortos no punibles del programa Nacional de Salud Sexual y procreación Responsable del Ministerio de Salud de la Nación.

¿Cómo funcionan en la ciudad las consejerías?

Existen muchas dudas acerca de quienes pueden realizarlo y cómo son las experiencias de aquellas que lo han llevado a cabo. Conclusión dialogó con profesionales y mujeres que han pasado por un aborto no punible en la ciudad de Rosario para poder conocer más sobre esta posibilidad con la que cuenta la provincia de Santa Fe.

“Cualquier mujer que quiere solicitar una interrupción del embarazo en principio debe acercarse al centro de salud que le corresponda, si no se atiende en ninguno, están los centros de consejería de los hospitales. Los primeramente nombrados están preparados para manejar las situaciones de primer trimestre de embarazo (12 semanas), lo que está vigente en la provincia es interrupción por causales”. De esta manera iniciaba la charla con Conclusión Florencia Forno, ginecóloga y obstetra que actualmente se encuentra trabajando en la Maternidad del Hospital Roque Sáenz Peña.

Los causales para solicitar una interrupción son amplios, a continuación se nombrarán algunos de ellos, “dentro del codigo se contempla el causal por violación, o atentado al pudor sobre mujer idiota o demente, pero por ciertos antecedentes jurídicos se hace una interpretación amplia y no es necesario que sea sobre una mujer incapaz sino toda aquella victima de una violación”.

“Otro causal es salud o vida, cuando corre riesgo la salud o vida de la mujer. Aquí el concepto de interpretación es amplio, según la OMS (Organización Mundial de la Salud) es salud física, psicológica y social, es decir que no sólo se contempla lo orgánico sino tambien situaciones socioeconómicas o salud mental que no permitan llevar a cabo el embarazo”.

Es importante aclarar que no es la mujer quien decide si su situación encaja o no en la concideraciones de la resolución, “el equipo de salud que la recibe es quien realiza el análisis, cualquier mujer puede acercarse y allí se le proveerá toda la información, se analizará su situación particular y si se puede seguir adelante con el procedimiento. Habitualmente todas aquellas que se acercan encuadran en el causal salud”.

En cuanto al abordaje de cada situación Forno agregó “el profesional que la recibe aborda la situación y forma el equipo que considere necesario. Eso depende de la particularidad de cada mujer, aveces se necesitan otras disciplinas como psicólogos, trabajadores sociales, entre otros”.

Mucho se ha escuchado hablar de la objeción de conciencia en cuanto al aborto, “si quien recibe a la mujer en el centro no acompaña las interrupciones porque tiene objeción de conciencia, tiene la obligación de referenciarla con un profesional que sí la pueda compañar. Y no puede, por más objetor que sea, evitar brindar la información requerida”.

En cada hospital las modalidades son diferentes según cada consejería. “Es un consultorio que funciona en horario fijo al que la mujer se acerca sin turno previo. Allí se realiza la entrevista y se dan los pasos anteriormente sitados, si por alguna situación el centro de salud no puede realizarla la absorve el hospital. Esto es dentro del primer trimestre de embarazo, ya que puede hacerse de manera ambulatoria, en aquellos de más de 12 semanas, las interrupciones deben llevarse a cabo en internación”.

“Habitualmente las consejerías realizan las entrevistas, analizan si entran en los causales para saber si se sigue adelante, se le pide los estudios correspondientes  y después en una segunda instancia la mujer toma la decisión si lo interrumpe o no, y con que modalidad se llevará a cabo. No es que la mujer llega y el primer día se va con la medicación o interrupción practicada, simpre pasa por una istancia de asesoramiento, se le ofrece que vaya con una persona de confianza que la acompañe si así lo desea, siempre tratando de abordar todas las situaciones que puedan surgir como las socioeconímicas antes nombradas”.

“En las consejerías también se trabaja a posterior en la anticoncepción y seguimiento pos aborto”, concluyó Florencia Forno.

Expericia en primera persona

Conclusión también dialogó con Carolina, quien hace un tiempo se realizó un aborto no punible en un hospital de la ciudad. “Cuando me enteré que estaba embarazada estaba de 11 semanas, y en mi caso particular yo soy una paciente anticoagulada, por ende era una causa para no tenerlo”.

“En su momento fui a la parte de maternidad del Hospital Centenario y en una oficina me tomaron los datos, allí me atendió un muchacho súper amable que me trató muy bien. Luego me asistió una psicóloga, una obstetra, y una asistente social. Me tomaron todos los datos y tuve que realizarme un análisis de sangre y una ecografía para corroborar las semanas de embarazo”.

“Por la tarde la obstetra me llamó por teléfono y me comunicó que la ecografía indicaba que estaba de 11 semanas y unos días, casi al límite de las 12. Me pidieron si podía tener una entrevista en el Hospital Alberdi ya que al estar anticoagulada no podían realizarme la interrupción con pastillas y debía ser algo de tipo quirúrgico, en quirófano, y ese lugar sería el indicado”.

Luego de lo indicado, Carolina concurrió a la entrevista en dicha entidad pública, “recuerdo que fue un día jueves y la realicé con otros profesionales en una oficina similar a la anterior y me dijeron que hable con el hematólogo que yo me trataba por mi situación, ya que el punto era saber cuánta Heparina (medicación anticoagulante) necesitarían. Luego de hablar con mi médico me consiguieron la cantidad requerida a través del Centro de Salud Municipal y se programó la intervención para un martes a las 8 de la mañana”.

“Cabe destacar que en todo el Hospital saben que se está haciendo, no es nada clandestino, todo lo contrario, es público, y tanto los hombres como mujeres que me atendieron fueron muy respetuosos, amables y muy bien capacitados. Y me comentaron también que en todos los centros de Salud del Distrito se hace lo mismo”.

A la hora de preguntarle si fue acompañada a las entrevistas y a la intervención, Carolina añadió, “hice todo sola, lo tome como algo que debía hacer y que si no lo llevaba a cabo mi vida iba a ser un caos. No podía esperar y le consulté a dos amigas, una de ellas me dijo del Hospital Centenario y otra me mencionó el Roque Saénz Peña. También me contacté con un grupo de socorristas en red, pero ellas lo que hacen es brindarte información y yo ya tenía todo. Por eso fui yo sola, es más, mi familia nunca se enteró de nada”.

Después de la intervención me dijeron si quería colocarme un DIU, lo cual en ese momento dije que no porque ya no quería que me toque nadie más. Fue bastante duro para mí, no voy a negarlo, pero realmente los grupos humanos de ambos hospitales fueron muy contenedores, sabían muy bien lo que hacían y recibí un trato súper amable en todas las instancias”, concluyó Carolina.

 

 

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