JUEVES, 28 DE NOV

Estrés laboral: ¿Por qué se produce y qué hacer?

Es un mal que afecta a una gran cantidad de trabajadores, razón por la cual cobra importancia conocer las herramientas para detectarlo y no caer preso de él. Actualmente es conocido también como burn-out y resulta ser una de las principales causas por las que se solicitan licencias médicas.

El estrés laboral ha recibido distintos nombres a lo largo de los años, desde el famoso surmenage hasta el más reciente síndrome de burn-out. Básicamente este tipo de estrés es un agotamiento del sistema nervioso con tendencia a cronificarse,

El mismo produce un desgaste que da origen a síntomas de tipo depresivos, fácilmente reconocibles que están detallados a continuación:

  • Cansancio físico
  • Fatiga
  • Falta de energía
  • Dificultad para concentrarse
  • Alteraciones del sueño (insomnio e hipersomnia)
  • Tristeza
  • Irritabilidad

Además, el estrés debería ser una reacción puntual ante un peligro potencial que permita el enfrentamiento o la huida de la situación que lo está provocando. Es por ello que cuando se da en el ámbito laboral es tan complejo, ya que ninguna de las dos opciones se encuentra disponible.

El individuo no puede modificar eficazmente la situación de manera rápida, ni tampoco puede dejar de ir a trabajar. Allí radica uno de los principales motivos de la cronificación, ya que la reacción de alerta se produce en reiteradas ocasiones, con las consecuencias mencionadas previamente.

En el largo plazo aparecen otro tipo de complicaciones, muchas de ellas relacionadas con somatizaciones, síntomas gastrointestinales (gastritis o descomposturas), síntomas musculares (dolores y contracturas) y malestares de cabeza. Todos fenómenos que hablan de un cuerpo que está padeciendo un estado de tensión permanente.

¿Por qué se produce?

Las causas más importantes, llamadas estresores, tienen que ver con la sobrecarga de trabajo, la excesiva responsabilidad y fundamentalmente la sobrevaloración de las nociones de éxito o fracaso que cada uno tiene de sus tareas cotidianas. Al ser elementos que traen mucha preocupación, se denominan estresores directos.

También  influye el clima relacional que se puede dar en el ámbito laboral. Todo trabajo implica vínculos, al igual que en todos los espacios en los cuales nos movemos, casa, familia o amigos. En lo laboral también hay determinados vínculos que pueden favorecer a que el clima sea de cordialidad y camaradería, o todo lo contrario.

Influencia de factores externos

Como toda situación exigente, lo laboral también está compensado o agravado por las condiciones personales. Las personalidades maduras tienen una variedad de recursos con la que pueden hacer frente mucho mejor al estrés sostenido con menores consecuencias.

Hoy en día se utiliza la palabra resiliencia, que hace hincapié en el abanico de recursos con los cuentan las personalidades maduras. Este tipo de personas pueden estar expuestas al mismo nivel de estrés que cualquier otra, pero sin embargo responden de mejor manera e incluso logran obtener aprendizajes.

Población de riesgo

La población de riesgo va entre los 35 y los 45 años de edad. En este momento de la vida se combina una exigencia personal, en donde muchos tienen a su cargo hijos o conyugues, con la entrada a un nivel del mercado laboral que es altamente competitivo. Es decir, se suma la carga personal que cada uno lleva en ese momento de la vida con el nivel de competencia laboral.

Tips para prevenir el estrés laboral

  • Respetar el espacio de almuerzo, que es un pequeño paréntesis en el día donde uno puede distenderse y poner la cabeza en otra cosa.
  • Hacer una pausa a media mañana y otra a media tarde.
  • Levantarse, estirar los pies, caminar, oxigenarse un poco, cambiar la posición del cuerpo. Todo esto relaja.
  • Tratar de mantener una relación de camaradería e incluso fomentar el vínculo fuera del ámbito laboral.
  • Concentrarse en las tareas logradas y no en las pendientes. Focalizarse en los objetivos cumplidos.

Tratamiento

El tiempo que tarda en aparecer el estrés es variable, ya que depende de los recursos de la personalidad, es decir de la capacidad que se tenga para afrontar esta presión de forma sostenida.

Como habitualmente los síntomas implican una gravedad y un impedimento real, el tratamiento tendría que combinar la parte farmacológica y el apoyo psicológico. Lo farmacológico en la línea de los ansiolíticos y antidepresivos, pueden aliviar de una manera bastante rápida y modificar los síntomas más agudos.

Luego, el acompañamiento terapéutico se realiza con el objetivo de resolver cuestiones más individuales de la personalidad, fundamentalmente generando estrategias para lograr un mejor desempeño en lo laboral, por ejemplo asociándolo más al placer que a la situación de obligación.

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