MIéRCOLES, 27 DE NOV

Los hospitales de Yemen desbordados por la epidemia de cólera

Casi un paciente por minuto llega al nosocomio afectado por la epidemia que según informó la ONU, ya muerieron 923 personas y se detectaron 124 mil casos sospechosos.

Por Jamil NASSER

Casi un paciente por minuto llega al hospital Al Sabiine de Saná, afectado por una epidemia de cólera que se propaga rápidamente en Yemen, donde según la ONU murieron 923 personas y se detectaron 124.000 casos sospechosos.

Desbordados, los responsables de Al Sabiine hicieron como en los otros hospitales de la capital yemení: colocaron carpas en los alrededores para recibir a los pacientes por falta de lugar en el interior del hospital y en los pasillos.

Las condiciones sanitarias en Yemen se han deteriorado drásticamente a causa de la guerra.

«Desde hace dos semanas recibimos gran cantidad de enfermos, al ritmo de uno o dos, a veces tres, por minuto», se inquieta Ismail Mansuri, médico en este hospital.

Su colega, Maher al Hada, del Centro de lucha contra el cólera, lamenta «un aumento inquietante» de la cantidad de pacientes, «más de 300 por día», que recibe el nosocomio al que le faltan medios y medicamentos.

Una huelga en mayo de los basureros, que no habían recibido su sueldo, agravó la situación.

La epidemia se propaga rápidamente en Yemen, en donde un conflicto opone desde 2014 a los rebeldes hutíes proiraníes, que controlan las provincias del norte, entre ellas Saná, a las fuerzas progubernamentales, apoyadas por Arabia Saudita, y que hicieron de Adén (sur) su capital «provisoria».

20 provincias afectadas

El cólera afecta a 20 de las 22 provincias del país. La ONU indicó que 923 personas murieron y 124.000 casos sospechosos se registraron en seis semanas, según un último balance establecido el 11 de junio.

El cólera reapareció el 27 de abril, luego de una primera epidemia el año pasado, y «se expande a un ritmo sin precedentes», según la ONU que advierte que la situación amenaza con «agravarse aún más con el periodo de lluvias que llega y por la malnutrición generalizada y la hambruna».

El 19 de mayo, cuando había más de 23.000 casos sospechosos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que temía que se registraran hasta 250.000 casos en seis meses.

La enfermedad estuvo en un primer momento confinada en las regiones controladas por los rebeldes, pero con el paso de los días alcanzó las provincias del sur, entre ellas Adén, en donde se registraron al menos 27 muertes y unos 3.000 casos sospechosos, según fuentes médicas.

«Desde mediados de abril recibimos más de 3.000 casos sospechosos, unos 200 en los últimos días», declaró a la AFP Majid al Daari, director de la sección cólera del hospital Al Sadaqa de Adén.

La insalubridad favorece el desarrollo de la enfermedad y a los hospitales aún operacionales les faltan medicamentos o no tienen corriente eléctrica.

Desastre

En un barrio de Adén, el agua estancada negra que desprende un olor nauseabundo se transforma en un nido de mosquitos e insectos que transmiten efermedades contagiosas.

«Tenemos miedo de que se propague la enfermedad. La gente es pobre y no puede curarse o desplazarse» para ir a un hospital, lamenta Um Hisham Munir, directora de una escuela de Adén, quien cuenta que logró hospitalizar a sus dos hijos afectados por el cólera.

Mazen al Sayyed, habitante de una localidad en la provincia de Lahj, más al norte, pudo socorrer a su madre para llevarla al hospital de Al Sadaqa en Adén. «Pude salvar a mi madre porque tengo un coche. Otros mueren en el lugar» por falta de medio de transporte, dice a la AFP.

En la provincia de Ibb (centro), Ammar Abdelmalek se queja por las condiciones de higiene. «Las pilas de basura que se amontonan en las calles y cloacas destruidas causaron el cólera», explica a la AFP.

La OMS intenta llegar a las zonas alejadas «muy afectadas (por la enfermedad) para asistir a la mayor cantidad de pacientes posible», declaró Omar Saleh, miembro de la misión de la organización en Yemen.

«La situación humanitaria en Yemen es alarmante. Hay un verdadero desastre y la enfermedad no tiene nada que ver con las filiaciones políticas y las fronteras», agregó, llamando a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para poner fin a la guerra y ayudar al país a controlar el cólera.

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