Por Jennifer Hartkopf

Una estadística de la OMS revela que el 5% de la población sufre de pérdida auditiva, siendo la discapacidad sensorial de mayor prevalencia en el mundo: más de 275 millones de personas son sordas o padecen defectos de audición.

A estos datos se suma el ruido y los sonidos intensos a los que diariamente estamos expuestos principalmente en las ciudades y centros urbanos; en las calles, en las fábricas, incluso en la oficina, constituyendo uno de los contaminantes causantes de molestias, alteraciones del estado de ánimo, stress; trastornos del sueño; y de daños en la capacidad auditiva de las personas.

Frente a este panorama, Conclusión consultó a la fonoaudióloga Silvia Freier (M.N 2929 – M.P 583/2) quien reconoció las estadísticas y admitió que se trata de «porcentajes altísimos».

«Además de los números, las patologías auditivas aumentaron, especialmente por la tecnología«, apuntó la especialista y amplió: «Independientemente de la contaminación sonora, que también es cada vez mayor, los chicos están todo el tiempo con auriculares y eso genera un desgaste auditivo impresionante y lo grave es que si el nervio se lesiona no se recupera. Se ve sobre todo en adolescentes que son los que tienen mayor acceso a la tecnología».

En ese sentido advirtió que «los niños cuanto menor exposición tengan a ruidos y tecnología, mejor. Con todos los estímulos que tienen lo ideal sería que se los resguarde de los ruidos intensos, ya sea una fiesta, los auriculares o la computadora».

Causas

Según explicó Freier las razones que llevan a la pérdida de audición pueden ser genéticas, o adquiridas. A modo de ejemplo, mencionó las infecciones crónicas del oído; las enfermedades prevenibles mediante la vacunación, como la rubéola, el sarampión, la parotiditis y la meningitis; el peso bajo al nacer, la ictericia del recién nacido y la falta de oxígeno de la criatura durante el parto; los ruidos excesivos; los medicamentos, como la gentamicina y la estreptomicina; y el envejecimiento.

«Lo que se ve mucho en el consultorio, son pacientes que tienen repeticiones de alguna dolencia y nunca lo curaron. Llegan muchos adultos con una hipoacusia profunda o severa y se trata de una patología mal curada o no curada directamente», dijo la fonoaudióloga a Conclusión.

Además lamentó que haya cada vez más chicos con dificultades y problemas con la audición. «Es cada vez más común y los efectos que produce la falta de audición en los niños es uno de los principales factores de riesgo, que puede afectar el desarrollo del lenguaje y del aprendizaje» y en seguida agregó: «En los adolescentes produce bajo rendimiento académico o laboral y en los adultos mayores se ve mucho en el aislamiento; empiezan a dejar de escuchar y se aíslan cada vez más, y eso trae depresión, y muchas otras consecuencias a nivel psicológico».

Prevención

La profesional mencionó algunos factores a tener en cuenta para cuidar el oído y evitar futuros problemas con la audición:

  • Detección temprana de la hipoacusia: control auditivo a los bebés recién nacidos (otoemisiones acústicas) y audiometría de control al ingreso escolar primario.
  • Evitar la exposición a ruidos intensos, usar protección, especialmente en lo laboral.
  • En la pileta, lo ideal es que, sobre todo los niños, usen tapones, porque a medida que crecen generan más defensas y corren menos riesgos.
  • En un adulto, es recomendable controlarse regularmente, al menos una vez por año.
  • No exponerse a música de altas intensidades, principalmente cuidar a los bebés en las fiestas (alejarlos de los parlantes y proteger los oídos).

«Cada paciente es individual y único, por eso el tiempo que tarde en deteriorarse dependerá de cada caso específico», aclaró Freier al tiempo que se mostró optimista: «Así como hay mayor exposición y más ruidos, influenciado esto por la tecnología, también hay mayores recaudos», por lo que destacó la importancia de tomar las precauciones necesarias y ante cualquier duda o molestia acudir al médico.

En consecuencia destacó que «lo que se daña no se recupera, salvo las patologías de oído cuidadas y controladas en tiempo y forma».

Por último remarcó que es fundamental realizar trabajos integrando múltiples especialidades para obtener un diagnóstico completo de la problemática que presenta el paciente y para estar seguros de que la patología responde a un problema de audición y no de lenguaje, por ejemplo.

«Hoy día hay muchos chicos que llegan al consultorio con problemas de comunicación, que a veces no tiene que ver con la audición, por lo que es importantísimo trabajar con todos los profesionales: otorrinos, pediatras, médicos clínicos, neurólogos y cualquiera de las especialidades que consideren que el paciente necesita una evaluación auditiva para descartar dudas y ofrecer un diagnóstico responsable«, cerró la especialista.