Concejo aprobó hacer controles de calidad a drogas sintéticas
La iniciativa presentada por la presidenta del cuerpo, Daniela León, es el reflejo de una modalidad extendida en varios países de Europa, donde informan al usuario sobre sus efectos y dejan librado el consumo a su criterio.
El Concejo Municipal de Rosario aprobó un proyecto que establece «controles de calidad» a las pastillas de éxtasis y otros tipos de drogas sintéticas con la finalidad de que los consumidores sepan de qué están compuestas.
La iniciativa aprobada la última semana por el cuerpo deliberativo fue promovida por la presidenta del Concejo, Daniela León, tras las cinco muertes en una fiesta electrónica en Costa Salguero.
Según la nueva ordenanza, en el «control de calidad de las drogas» intervendrá el Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencia y Sida (Ceads), de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Esa institución cuenta con una reconocida experiencia en la materia que, según los ediles rosarinos, «ayudará al municipio en el diseño e implementación de estrategias que permitan evitar y/o reducir los daños que pudieran ocasionar las drogas entre los asistentes a este tipo de eventos».
Según la concejala León, el Ceads tiene «un equipo multidisciplinario de científicos y profesionales que conocen los procedimientos que se fueron desarrollando en las ciudades del mundo donde se originaron estos episodios».
El Concejo de Rosario le encomendó al Ejecutivo municipal que le dé intervención a esa institución, con la firma de un convenio, para «actuar con la mayor celeridad». Además, la nueva normativa obliga a bares y discos a proveer agua potable para evitar la deshidratación de los concurrentes a sus fiestas.
La ordenanza aprobada por el Concejo Municipal rosarino está en sintonía con lo expresado por el coordinador del programa de monitoreo de drogas sintéticas (Smart), de Naciones Unidas, Juan Carlos Araneda. «Es probable que en Time Warp a los chicos les vendieron las pastillas como éxtasis, y no sabían qué contenían», dijo a medios de prensa locales.
Y agregó: «En muchos países europeos existen ONG que hacen prevención de riesgo. Ofrecen el servicio de analizar la pastilla químicamente y le informan al que la compró qué tiene, y qué efecto secundario le puede provocar. Consumirla o no queda entonces a criterio de la persona».