SáBADO, 30 DE NOV

Irán acusó a la Unión Europea de “intervencionista” tras la ejecución de “un terrorista”

El Gobierno del país asiático calificó de “lamentable” la actitud de la UE por las críticas tras la condena a muerte del disidente sueco-iraní Habib Chaab.

 

El Gobierno iraní acusó hoy a la Unión Europea (UE) de hacer críticas «intervencionistas» tras la condena a muerte de un «terrorista», en referencia a la ejecución del disidente sueco-iraní Habib Chaab.

El «apoyo» de la UE a los terroristas pretende que no se haga justicia y busca también fomentar «el siniestro fenómeno del terrorismo» en todo el mundo, según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani.

«Es lamentable que algunos gobiernos europeos, en lugar de plantar cara a los terroristas que matan a inocentes orgullosos de sus crímenes, los apoyen de forma injustificable en contra de todos los valores de los derechos humanos», afirmó, según recogió la agencia de noticias oficial iraní, IRNA.

«Si los países europeos no tienen la voluntad de distanciarse del terrorismo en sus distintas formas, al menos deberían no agravar el sufrimiento de las familias de las víctimas apoyando el terrorismo», dijo Kanaani, según citó la agencia de noticias Europa Press.

Kanaani subrayó el compromiso de Irán en la lucha contra el terrorismo, con los derechos de la nación iraní y en garantizar su seguridad.

«La pena capital para Habib Chaab (…), jefe del grupo terrorista Harakat al Nidal (Movimiento de la Lucha Árabe por la Liberación de Ahvaz), fue ejecutada hoy«, publicó ayer la web oficial de la justicia iraní, Mizan Online, y precisó que el hombre fue ahorcado.

La UE condenó «en los términos más contundentes» la ejecución el sábado de Chaab y recordó que «la pena de muerte viola el derecho inalienable a la vida consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y supone un castigo definitivo, cruel, inhumano y degradante«.

«La Unión Europea pide a Irán que evite nuevas ejecuciones en el futuro y aplique una política coherente para la abolición de la pena capital», planteó el bloque.

El Gobierno de Suecia convocó al embajador de Irán en el país nórdico para protestar por la ejecución.

Chaab fue fundador del grupo separatista Movimiento de la Lucha Árabe por la Liberación de Ahvaz, que busca la independencia de la provincia sureña de Juzestán, rica en recursos petroleros.

Irán le imputa al grupo la comisión de numerosos atentados en dicha provincia, entre ellos un ataque en 2018 contra la Guardia Revolucionaria iraní que se saldó con casi una treintena de muertos.

La Justicia confirmó su condena a muerte el 12 de marzo por «corrupción en la Tierra, gestión y dirección de un grupo rebelde y concepción y ejecución de numerosas operaciones terroristas», informó la agencia de noticias AFP.

Según Teherán, el grupo Harakat al Nidal es responsable de la muerte de 247 personas en «ataques terroristas» en el país.

Sin embargo, la Justicia iraní achaca a sus actividades la muerte de más de 450 personas desde 2005 en la provincia de Juzestán y sus alrededores para conseguir su independencia.

Además, le acusaron de trabajar para numerosas agencias de espionaje de países como Estados Unidos, Israel, Suecia, entre otros.

Tras residir durante 14 años en Suecia, Chaab desapareció en 2020 en Turquía, en circunstancias no esclarecidas, y reapareció en Irán, ya bajo custodia.

El juicio tuvo lugar a mediados de marzo, cuando se ratificó su condena a muerte.

El Gobierno sueco declaró que estaba haciendo todos los esfuerzos posibles para negociar con las autoridades iraníes, que solo lo consideraban como ciudadano iraní por no reconocer su doble nacionalidad.

La ONG Iran Human Rights (IHR) urgió ayer en Twitter a «la comunidad internacional a reaccionar con firmeza a esta ejecución» y tachó el juicio de Chaab de «injusto».

Irán es el segundo país que ejecuta a más personas en el mundo, detrás de China, según organizaciones de defensa de los derechos humanos, que cifraron en 582 el número de ahorcamientos en 2022.

En los últimos meses, Teherán causó indignación en los países europeos al ejecutar a un ciudadano con pasaporte británico y condenar a muerte a otro de nacionalidad alemana.

Al menos 16 personas con pasaportes occidentales están encarceladas en Irán, la mayoría con doble nacionalidad.

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