LUNES, 02 DE DIC

Scanners en las cárceles de Santa Fe: cuáles fueron los objetos prohibidos que intentaron ingresar

En marzo comenzó a funcionar el nuevo sistema de control en el ingreso a los penales de Las Flores y Coronda.

 

En el último mes comenzaron a funcionar, de forma progresiva, en dos cárceles de la provincia de Santa Fe, los nuevos dispositivos tecnológicos que incluyen detector de metales, scanners de bultos y scanners de cuerpos, con objetivo de detectar el ingreso de elementos prohibidos, y a partir de esta semana se sumará una tercera unidad penitenciaria que tiene colocado el equipamiento y terminó con la fase de entrenamiento y capacitación del personal.

En las primeras semanas de controles, el sistema permitió detectar en el ingreso de los penales objetos electrónicos, elementos punzantes, estupefacientes y hasta llaves para abrir esposas. La nueva medida provocó protestas tanto en los visitantes como dentro de los pabellones.

La primera en implementar el sistema completo, a mediados de marzo, fue la Unidad Penitenciaria N°2 de Las Flores, en la ciudad de Santa Fe, donde ingresan a diario unas 400 personas entre visitas y personal de seguridad. Y la semana pasada se puso en marcha en el Instituto Correccional Modelo U1 Dr. César Tabares de la ciudad de Coronda, donde el número de personas «escaneadas» es mayor: son entre 550 y 600 por día los que pasan por esta tecnología antes de acceder al interior del penal. Esta semana los nuevos controles empezarán a funcionar en la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero.

En diálogo con Aire de Santa Fe, el director del Servicio Penitenciario de la provincia de Santa Fe, Gabriel Leegstra, explicó que los scanners empezaron a funcionar progresivamente en las cárceles en base a dos cuestiones: en primer lugar, el tiempo que demandó la colocación de los equipos en cada unidad, y luego la habilitación de la Dirección de Radiofísica, dependiente del Ministerio de Salud, tras verificarse que el body scannerno era nocivo para las personas ya que utiliza Rayos X para poder observar bajo la ropa o la piel.

«Se fueron poniendo en funcionamiento en forma progresiva, pasando pocas personas primero, y hoy ya en Las Flores y Coronda está pasando la totalidad de la visita y la totalidad del personal penitenciario, por los tres scanners», indicó.

Lo cierto es que en estas primeras semanas de funcionamiento de los equipos en las distintas cárceles, el personal capacitado logró detectar a través de los scanners que varios visitantes intentaron ingresar cosas prohibidas, camufladas dentro de bolsos. Los objetos metálicos resaltan en color azul y los plásticos en verde, y al ser un sistema dual –que permite captar imágenes desde arriba y desde el costado de cada bulto– nada pasa desapercibido.

«Se han secuestrado distintos elementos, fundamentalmente algunos que tienen que ver con electrónica: teléfonos celulares, cargadores, algunos chips, relojes smart, también algunos elementos punzantes, una sierra en la cárcel de Las Flores, estupefacientes, hasta ahora esos son los elementos más comunes. El viernes se detectó una llave para abrir esposas», detalló Leegstra. Toda la información detectada queda almacenada en los equipos, en caso de ser necesaria para posibles investigaciones.

El funcionario evaluó que hasta el momento el balance del nuevo sistema de control es «satisfactorio» y eso se percibe también en las reacciones que causó, no solo en las visitas sino también en la población penal. «En las visitas vemos que vienen, ven que están pasando por los scanners y mucha gente se vuelve. Entendemos que es porque traen algo prohibido y no quieren que se lo detecten», consideró.

Pero el funcionamiento de los scanners también trajo algunos inconvenientes dentro de los penales. En Las Flores, cuya población carcelaria es de aproximadamente 1.400 internos, hubo protestas por las demoras que genera el sistema en el ingreso de la gente: «El primer día uno de los pabellones no se quiso recluir, otro de los pabellones tuvo algún tipo de reacción», explicó Leegstra. Y en Coronda, cárcel en la que conviven 2.200 presos, también hubo planteos en torno a este tema.

Pese a esto, la semana pasada terminó la fase de entrenamiento del personal en la cárcel de Piñero y se espera que a partir de esta semana el sistema de los dos scanners y el detector de metales comience a funcionar al 100% en ese penal, donde el ingreso de teléfonos celulares es una problemática constante y para lo cual el gobierno provincial también invertirá casi un millón de dólares en inhibidores importados de Israel en la búsqueda de terminar con el «call center» carcelario.

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