Por Pablo Bloise

Incontables son las barreras que ha superado Yanina Martínez. En la vida como en el deporte. Desde que dio sus primeros pasos en el atletismo, hasta que cruzó con su cabeza la línea final en Río de Janeiro, que decretó una medalla de oro invaluable. Con cada zancada, la rosarina terminó de quebrar cualquier tipo de división, si es que todavía había alguna, entre los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.

La parálisis cerebral no le impidió soñar e imaginarse haciendo lo que muy pocos han podido lograr. Tras haber luchado por sus derechos, junto con un inquebrantable equipo de trabajo conducido por Martín Arroyo, su entrenador, Yanina se erigió como una figura histórica del deporte rosarino y nacional.

Justamente él, no el principal pero sí uno de los más importantes protagonistas de esta historia, dialogó con Conclusión y contó las sensaciones que dejó el año que se fue. “Sentimos una satisfacción inmensa. Logramos lo que nos habíamos propuesto hace tanto tiempo, y ver a Yanina tan feliz es algo que nos llena el alma”, soltó.

 

Felices por el Paseo Pellegrini… #medalladeoro #somosdeoro #paralympics #juntosesmejor

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La charla tuvo lugar en la presentación del Programa de Apoyo al Atleta Santafesino de Alto Rendimiento. “Estar acá es un premio enorme para nosotros. Cerrar el año de esta manera, sumado al premio Olimpia, y obviamente con la medalla de oro a cuestas, es algo muy difícil de explicar”, sostuvo Arroyo.

Cien metros en 14,46 segundos. Así se resume una carrera que fue un mar de emociones para cada uno de los argentinos que contemplaban la prueba. Comenzó a buen ritmo, pero parecía no alcanzar. El destino la acompañó. Focalizó la línea de meta, no paró de correr y no regaló un centímetro. Su principal contrincante trastabilló y le dejó la vía libre para alcanzar el tan deseado oro que hoy en día es un orgullo para la ciudad.

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Desde antes de los Juegos de Londres sabíamos que había un Río. Tuvimos la suerte de clasificar en 2012, pero el objetivo era Brasil. Trabajamos y sufrimos mucho para estar. Todo terminó valiendo la pena. No sólo por el oro, sino porque estamos cada vez más cerca de derrumbar esa especie de barrera que separa los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos”, añadió junto a Yanina, quien asentía cada palabra con su cabeza y se la notaba orgullosamente feliz.

¿Cuál es el próximo objetivo? Comenzar la escuela primaria. “Queremos y peleamos por tener los mismos derechos. Hemos luchado mucho tiempo por ellos, y los conseguimos. Ahora, hay que tener las mismas obligaciones. Hay que estar a la par de los atletas. Nosotros tenemos una puesta en marcha, a la cual comenzar la escuela le vendría muy bien. Hay que seguir dando ejemplos”, concluyó.

Foto: www.objetivotokio.com