La selección de Inglaterra, creadora del fútbol, se enfrenta a una Croacia de corta historia en la competencia mundialista, desde las 15 en la ciudad de Moscú, camino a la final del Mundial de Rusia donde ya aguardan los franceses.

En la previa, el partido se estima contará con un equipo letal en la táctica fija, cuya carta ofensiva es la del goleador Harry Kane, y otro eficaz en la posesión vistosa, en los pies de Luka Modric. En este sentido, los primeros vienen de vencer a Suecia y los segundos a la local Rusia. 

El técnico Gareth Southgate ha hecho de Inglaterra un equipo balanceado, sin una estrella que eclipse a los demás, pero lo mejor de su tarea ha sido volver a las fuentes con el estilo que le dio dividendos en el pasado: la pelota detenida y el juego aéreo.

El seleccionador, de 47 años, tiene a todas sus piezas disponibles, por lo que repetiría la misma formación que derrotó a los escandinavos el pasado sábado en Samara, con Kane y Raheem Sterling en el frente de ataque, y abastecidos por Dele Alli y Jesse Lingard.

La Croacia de Zlatko Dalic funciona al compás de Modric y de un Ivan Rakitic que interpreta perfectamente el sentir del diez madridista. La nueva generación dorada croata se precia de un juego fluido, con rápidas transiciones, pero su arma de ataque es la posesión del balón.