Último adiós a «Chiche» Massa, madre de Plaza de Mayo e incansable luchadora
Tenía 93 años y llevaba más de 40 años dejando huellas en la plaza. Falleció sin poder declarar en la causa Guerrieri IV, que investiga la desaparición de su hijo, Ricardo.
Rosario está de luto y viste, en el corazón de gran parte de sus ciudadanos, el crespón negro. Es que, este miércoles, fue el último día que Elsa Pozzi de Massa pasó en este mundo. «Chiche», como todos la llamaban, fue una histórica dirigente de las Madres de Plaza de Mayo y se convirtió en un símbolo de la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia en nuestra ciudad. Falleció sin poder declarar en el juicio por el secuestro y desaparición de su hijo Ricardo Massa, y sin tener la posiblidad de recuperar sus restos.
Elsa Pozzi de Massa había nacido en Casilda, en 1924 y el derrotero de su vida la enfrentó al horror el día en que uno de los grupos de tarea de la dictadura cívico militar lograron dar con su hijo. Antes de que lo secuestraran, su casa fue allanada y, como Ricardo no se encontraba allí, pusieron un explosivo que destruyó gran parte de su casa. Chiche, junto a su marido, apenas si lograron salvarse. Finalmente, Ricardo Massa, médico que formó parte de la Juventud Peronista y luego de Montoneros, fue hallado y «chupado» por los grupos de tareas en agosto de 1977, días después de su cumpleaños número 30.
Chiche no pudo darse el gusto de declarar en la causa en la que se investiga el destino de Ricardo, Guerrieri IV, para ella, como para tantos otros, la Justicia fue, y sigue siendo, demasiado lenta. Pero nunca se dio por vencida y hasta sus últimos días, cada jueves, con una puntualidad admirable, a las cinco de la tarde comenzaba su ronda por la plaza, acompañada por su inseparable compañera de lucha, Norma Vermeulen, quien también dijo su adiós definitivo el pasado 5 de mayo.
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En la Plaza 25 de Mayo quedaron sus huellas, inmortalizadas por el artista plástico Dante Taparelli en su obra «Pasos Encontrados», réplicas de las huellas reales realizadas en bloques de cemento. Y sus huellas, así como su lucha y su ejemplo, quedaron también inmortalizadas en el corazón y la memoria colectiva de miles de Rosarinos y argentinos que aprendieron a caminar a su lado y que, como pidió tantas veces, continuarán su lucha en la búsqueda de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
«Chiche» es velada, desde esta jueves a partir de las 7 de la mañana en Brown 2745