El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avanza a toda marcha con sus principales promesas de campaña y en el que calificó como el “Día Uno” de su gobierno se reunió ayer con altos ejecutivos de empresas y les anunció que, si sus firmas se quedan en el país, “bajará impuestos masivamente tanto para la clase media como para las compañías”.

Dentro de su política de incentivar la producción nacional, Trump dijo que esos impuestos bajarán hasta un rango de entre el 15 y 20 por ciento frente al 35 por ciento actual. “Creemos que podemos reducir las regulaciones en un 75%, tal vez más”, señaló. Y pidió a los empresarios: “Lo único que tienen que hacer es quedarse, no se vayan y no despidan a su gente en Estados Unidos”.

Como ya había hecho en la campaña y luego de haber sido elegido, el 8 de noviembre, Trump advirtió a las empresas que estén pensando en llevar su producción fuera del país que sufrirán consecuencias si lo hacen. “Vamos a imponer un impuesto fronterizo muy grande sobre el producto cuando llegue, lo cual creo que es justo”, sentenció. En la campaña había estimado que esa tasa podía llegar al 45 por ciento.

Señaló, además, que actualmente no hay libre comercio en el globo ya que, para él, Estados Unidos es el único que facilita la entrada a productos extranjeros, mientras que “si quieres vender algo a China y otros países, es muy, muy difícil”.