Los socorristas continúan hoy la búsqueda de víctimas y las autoridades la entrega de los cadáveres ya rescatados a sus familiares, tras las inundaciones y deslizamientos de tierra que la semana pasada causaron al menos 273 muertos y más de 260 heridos, en la devastada ciudad colombiana de Mocoa.

En este marco,  los cuerpos de las víctimas, envueltos en sábanas, permanecían ayer en una improvisada morgue en el cementerio local, algunos a la intemperie y otros en un salón sin aire acondicionado, según informaron fuentes oficiales a la agencia Reuters.

El desastre, considerado uno de los peores en la historia del país, arrasó con varios barrios de Mocoa, una localidad de 100.000 habitantes cercana a la frontera con Ecuador y Perú, en la selva amazónica.

El director del Instituto de Ciencias Forenses, Carlos Eduardo Valdés, pidió calma para no cometer errores en el proceso de identificación de las víctimas. «A la ciudadanía le pido consideración, un poco de paciencia para completar la identificación. No queremos que se entreguen cadáveres equivocadamente», sostuvo el funcionario.

Las autoridades indicaron que es probable que el número de víctimas aumente a medida que avancen las labores de los socorristas entre los escombros con perros y maquinaria pesada.

En tanto, el Gobierno anunció que asumirá los costos de los sepelios y que pagará un seguro de 6.400 dólares a las familias de cada víctima fatal. El presidente Juan Manuel Santos declaró la emergencia económica, social y ecológica en la región, una medida que le permite asignar recursos en forma inmediata para atender la emergencia.

El mandatario nombró al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, como gerente para la reconstrucción de Mocoa. Villegas dirigió la reconstrucción de la ciudad de Armenia después del terremoto que se registró en enero de 1999 y que dejó 1.230 muertos.