Por Candelaria de la Cruz

«La unidad de los trabajadores» fue la bandera y «la lucha conjunta», el objetivo del encuentro que se llevó a cabo el viernes 17 de Marzo en La Toma.

Trabajadores del Hotel Bauen, de la planta de Alvear de General Motors, del subterráneo y premetro de la ciudad de Buenos Aires y representantes de la cooperativa rosarina donde se llevó a cabo el encuentro, dieron testimonio en la sede de Tucumán 1349.

Todos los participantes del panel tienen en común el representar a sectores que sufrieron medidas perjudiciales son sus fuentes de trabajo y en la recuperación de las cooperativas.

En primer lugar, en el caso del Hotel Bauen de Buenos Aires, el presidente Mauricio Macri vetó en el mes de diciembre, la ley de expropiación del lugar. El jefe de Estado rechazó que el edificio situado en pleno microcentro porteño pase a manos de la cooperativa de trabajadores que lo autogestionan desde hace 13 años.

Según argumentó el Gobierno Nacional en ese momento, la expropiación generaba obligaciones «sumamente gravosas para el Estado Nacional, favoreciendo exclusivamente a un grupo particularizado y sin traducirse en un beneficio para la comunidad en general». 

Con respecto a eso, Horacio Lalli, Socio Fundador de la Cooperativa, dialogó con Conclusión y señaló que el presidente no sólo tomó la decisión sino que «también juega fuertemente dentro de y que no podrá dar una solución porque «representa un negocio inmobiliario más de los tantos que hizo en Capital Federal».

«Son 130 familias que dependen del hotel. Esto es un golpe duro para toda la clase trabajadora y no solo para el Bauen, sino para todas las empresas recuperadas, es un vaciamiento obsceno de las empresas recuperadas», expresó Lali.

Desde la Cooperativa, según informó su representante, ya se encuentra trabajando con diputados para empezar a elaborar el rechazo del veto. «Consideramos que este desalojo es totalmente compulsivo porque las instancias no están agotadas. Esa ley tiene que volver al congreso para ser tratada», explicó.

Por otro lado, pero en la misma provincia, días atrás, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo revocó una resolución del Ministerio de Trabajo que le había otorgado a fines de 2015 la personería gremial de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (Agtsyp), conocidos popularmente como los «metrodelegados». 

En ese momento, la Justicia falló en favor de un antiguo reclamo de la Unión de Tranviarios Argentinos (UTA). Casi 15 meses después, cuando la Agtsyp ya se aprestaba a comenzar a negociar los futuros incrementos salariales, la Cámara del Trabajo revocó esa autorización y dejó a los metrodelegados sin paraguas legal para sentarse a discutir mejoras laborales.

En ese sentido, el Secretario de Prensa y Comunicación de los metrodelegados, Enrigue Rositto indicó que «si bien es un revés en el ámbito judicial, en los efectos prácticos no hay modificaciones».

«Tenemos el 70% de los afiliados y hay jurisprudencia de la Corte Suprema que permite que los trabajadores organizados en sindicatos con simple inscripción puedan votar delegados con fuero sindical y puedan hacer uso del derecho de huelga», expresó Rositto.

Y remarcó «Lo que ha hecho el gobierno de Macri es comprarse un problema porque si cree que por hacerle un giño a la burocracia no va a haber un paro masivo o que va a dejar a los trabajadores del subte sin representación, está equivocado. Vamos a recurrir a la Corte y denunciar al gobierno ante la OIT por violación a la democracia sindical y si aún así nos obligan a hacer el trámite judicial en el ministerio, que nosotros ya hicimos donde cumplimos nada uno de los pasos, lo haremos de nuevo porque estamos mucho más fortalecidos».

En Santa Fe, la fábrica automotriz de Alvear, General Motors (GM), suspendió a 350 trabajadores argumentando que «no tienen plata».

Tras días de lucha y asambleas constantes, uno de los trabajadores suspendidos, Sebastián Romero aseguró a Conclusión «que la empresa acusa a la crisis de Brasil» lo que consideran » una verdadera mentira.

«Estamos produciendo un coche que tiene el valor de dos coches que por estrategia lo dejaron de fabricar, no es porque no se compraba, el Classic era un coche que era muy vendido y muy demandado y entonces fue solo por estrategia y para ganar más con menos», señaló.

Por otro lado, Romero dijo que los trabajadores que quedaron dentro de la fábrica «están haciendo doble trabajo» y denunció «que los están explotando«.

«Hoy todos los trabajadores de GM están trabajando con dolor, el servicio médico de planta que tenemos nos lleva al límite, nos respetan estudios, no espetan las denuncias a la ART, entonces hay un problema general. Están generando trabajadores descartables. Quieren flexibilizar el Convenio Colectivo de Trabajo para que produzcamos más con menos y eso trae consecuencias en un  futuro», enfatizó.

Y finalizó: «Este no es un problema sólo de los suspendidos, sino de los del total de todos los trabajadores de los 2300 de la empresa«.

Finalmente, La Toma, el lugar elegido para realizar el encuentro, expropiado por la Legislatura provincial por su “utilidad pública”, viene luchando desde hace 16 años con una orden de desalojo y con los intentos de ejecución llevados a cabo desde el 2015. 

El presidente de la Cooperativa La Toma, Carlos Ghioldi, se refirió a esta problemática y expresó la necesidad que «el espacio quede en manos de los trabajadores y del movimiento obrero y popular».

» Hoy nuestra obligación es resistir y poner el lugar en condiciones para que puedan acceder todos», subrayó

Y concluyó: «No es casual que estemos todos juntos,  las políticas que han venido contra los trabajadores y nos han motivado para dar los pasos necesarios para avanzar en la unidad unidad. Podemos pensar distinto pero lo que no podemos es interponer esas ideas divergentes por sobre la idea de refrendar el salario, los convenios, los espacios construidos,  la defensa de los puestos de trabajo».