El fenómeno meteorológico de El Niño, que desde 2015 provocó inundaciones y sequías en todo el mundo, terminó en mayo pero el fenómeno inverso, La Niña, podría manifestarse de nuevo en el tercer trimestre de 2016, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

«Los indicadores atmosféricos que revelaban la presencia de un episodio intenso de El Niño a principio del 2016 volvieron a valores casi normales en junio y julio», indicó el jueves la OMM en un comunicado.

El Niño, un fenómeno que se produce cada cuatro a cinco años con una intensidad variable provoca un aumento de la temperatura del Océano Pacífico, lo que resulta en sequías y lluvias superiores a lo normal. A veces, es seguido por un fenómeno inverso, La Niña, provocado por una disminución de las aguas del Pacífico, que conlleva a una caída de las temperaturas y perturbaciones meteorológicas (lluvias, huracanes, nieve…).

Según la OMM, «La Niña podría manifestarse en el tercer trimestre de 2016» pero no será comparable al último fenómeno de La Niña (2010-2011), de intensidad moderada a fuerte.

Según los climatólogos de la Nasa, los primeros seis meses de 2016 fueron los más calurosos de la historia. Pero con La Niña, 2017 será menos caluroso, predijo el climatólogo Gavin Schmidt, director de estudios espaciales del Centro Goddard de la Nasa.

En relación al comunicado emitido por la OMM, Conclusión consultó al meteorólogo Luis Blotta Stengel, quien explicó que no hay que precipitarse porque «no está totalmente garantizado que lleguemos a La Niña. Estamos en un valor dentro del neutro, es decir que no hay certezas de que vamos a pasar de Niño a Niña, sino que estamos en neutral y podríamos quedarnos en neutral». «Lo único que se puede decir con seguridad, es que no volveríamos al Niño y que no es una situación muy peligrosa porque los modelos que están pronosticando Niña sería una Niña débil», tranquilizó el especialista.

Luego brindó detalles y explicó que de producirse el fenómeno «significa para el sur de Sudamérica, porque afecta a todo el planeta, un poquito de sequía«. Y agregó: «Hay que considerar que ese poquito de sequía ajusta solamente para enormes cuencas. Para una casa, un barrio, una finca, un pueblo, un campo, ajusta a un 60%, 70%. O sea que los presidentes comunales y los intendentes nunca tienen que aflojar a la limpieza de canales porque para un pueblo todos los años son diferentes y puede llover muchísimo bajo Niña o tener una sequía importante bajo Niño. Mientras que un gobernador probablemente no tenga problemas en una provincia grande como Santa Fe, porque responde a una gran cuenca».

En ese sentido Blotta Stengel señaló la importancia de «distinguir el vocabulario cuando la gente refiere a Niño como sinónimo de lluvia y a Niña como sinónimo de sequía. Eso es así, sólo cuando ajusta en casos de enormes cuencas. En un pueblo uno no puede decir ‘hay mucha sequía porque estamos en La Niña’, ya que eso se debe a un fenómeno local y no al fenómeno de Niño o Niña».

Asimismo expresó que «todo el planeta funciona de manera oscilatoria, donde llueve mucho después tiene que haber una compensación en otro lado porque todos los días, desde hace 15.000 años, llueve lo mismo en el planeta Tierra».

«La confusión más importante no es si el pronóstico indica Niña o Niño sino que la gente cree que eso ajusta a su pueblo, pero sólo afecta a una enorme región» y como ejemplo dijo que «una localidad costera como Rosario, el agua del río Paraná sí ajusta al Niño o Niña porque una cosa es el agua que viene por el río y otra cosa es la lluvia local». Así detalló: «En el pronóstico de una localidad estamos a 48 horas en cambio para una gran región estamos 6 o 9 meses anticipados».

Consultado sobre las consecuencias y las perturbaciones meteorológicas que podrían generar estos fenómenos dijo que «La Niña suele producir inviernos benignos y El Niño inviernos crudos. Todo lo demás es sobre el agua y la lluvia, por eso es que la información climatológica sobre temperatura es mucho más pobre que sobre el fenómeno de lluvias que produce el Pacífico, o sea que no podemos decir que la primavera será frío o caliente».

Por último resumió que «hasta ahora es conveniente hablar sobre el concepto de neutro que significa que el clima se va a comportar como el promedio de lluvias de una gran cuenca: lo que significa que el río Paraná se quedaría tranquilo y si entramos en La Niña sería una Niña débil, o sea que es un año muy bueno porque no se sufrirán los grandes peligros que ocasionan los fenómenos fuertes Niño o Niña, como ser grandes sequías o grandes inundaciones».