Por Jennifer Hartkopf y Osvaldo La Spina

Fotos: Salvador Hamoui

«Somos un plato hondo, cuando el plato se llena, el agua se queda por meses», dijo el presidente del Centro Económico de Melincué, Marcelo Benedetto a Conclusión y uno no puede ni imaginar lo que es vivir a diario con el «agua al cuello».

Desde la última inundación que sufrió la localidad santafesina, allá por 2003, el panorama en Melincué sigue igual de desalentador. La situación de inundación volvió a repetirse este año y ya hace meses que el agua y el viento azotan al pueblo.

El mal tiempo tampoco ayuda y hoy ni las barreras de contención, ni las bombas, ni el trabajo mancomunado de Bomberos, autoridades y vecinos, alcanzan para hacer frente al agua que desborda la laguna y va inundando todo a su paso: viviendas evacuadas, rutas cortadas, calles anegadas y un pueblo que sigue a la deriva.

«La realidad que vivimos es muy preocupante, cuando tenemos viento sur es cuando el agua de la laguna rompe lo que le pongas», admitió Benedetto y agregó: «La barrera de contención alrededor del pueblo y las bombas utilizadas para sacar el agua hacia los costados, no llegan a ser suficientes. Es la solución rápida, pero necesitamos las obras definitivas«.

En ese sentido, contó que el pasado 8 de abril, el Centro Económico se reunió con Diego Milardovich, jefe del nodo Venado Tuerto, con Defensa Civil, el presidente comunal, Gabriel Rébora, Carlos Torres representante de Municipios y Comunas, Bomberos, y ciudadanos autoconvocados para arribar a posibles soluciones, «porque veíamos que la situación era desbastadora», y realizaron un acta que solicitaba:

  • Reunión urgente con alguien representativo de la provincia, con el gobernador o con el Ministro de Gobierno
  • De inmediato el refuerzo del anillo de contención sobre la ruta 90
  • Generadores para el funcionamiento de las bombas
  • Cableado de 700 metros para dichas bombas
  • Pedido de canalización paralelo a la ruta 93 para impedir que el agua ingrese a Carreras
  • Hacer agenda de trabajo con referentes del pueblo y autoridades
  • Alteo del camino rural a la altura de la segunda bomba para evitar el ingreso de agua del rebalse del canal San Urbano
  • Ampliación de la estación de Bomberos, según el proyecto entregado a Garibay en abril de 2016

A los pocos días se firmó un convenio para hacer un estudio de factibilidad para ejecutar un canal a nivel natural, que sería de 24, 25 kilómetros que seguiría la ruta 90, pasaría por Carrera (pueblo vecino) hasta antes de llegar a Porta y ahí empalmaría con el canal que se usa actualmente para desagotar, el canal San Urbano.

«Si esta obra se hace creo que sería la solución definitiva. Y si no es factible, habrá que pensar en otra solución», expresó Benedetto.

Luego explicó que Melincué es «una cuenca cerrada, que recibe agua de todos los pueblos, entonces  cuando la laguna está tan alta, las napas están al ras del piso, y lo único que saca la bomba es agua de vertiente» por lo que las soluciones que se realizan hoy en localidad son «como una bayaspirina para un cáncer».

«El canal San Urbano -actual canal de desagote- suele desbordarse, cuando eso pasa no podemos bombear y después el agua inunda todos los campos, pasa por el costado del pueblo, y desemboca en la laguna», especificó .

Finalmente dijo que «la laguna tiene entre 17.000 y 18.000 hectáreas y lo que nos divide de la laguna es la famosa ruta 90, pero desde hace tiempo se encuentra totalmente cortada, y el desborde del agua llegó a la calzada, anegando toda la zona del Casino».

Melincué, una localidad de 2.500 habitantes, vivió hace unos años del turismo. El comercio fue siempre el motor del pueblo. La gastronomía, los productos regionales, y la manufactura artesanal completaban el paisaje. Lamentablemente, hoy Melincué sólo se preocupa por sobrevivir.

Se rompió un anillo de contención en Melincué y la Ruta 90 está cortada